Ya está todo listo para instrumentar el proceso de “cram down” que representa la última oportunidad para salvar a la concursada Vicentin SAIC de la quiebra.
Ayer lunes finalizó el período de recepción de participantes del proceso –previo pago de 1100 millones de pesos– con cuatro postulantes: Bunge, el Grupo Grassi (Commodities SA), la cooperativa Unión Agrícola de Avellaneda y un consorcio integrado por LDC y Molinos Agro.
El siguiente paso del proceso es la designación de un valuador que debe presentar su informe dentro de los 30 días siguientes a la aceptación del cargo. Para eso se designó a Juan José López Forastier de la firma Marinozzi Mazzitelli & Asociados SRL, quien tiene como fecha límite el 27 de agosto próximo. Se trata de una tarea titánica que tendrá que ser realizada en tiempo récord.
La valuación –que debe establecer el real valor de mercado en una coyuntura particular del negocio agroindustrial–, una vez publicada, puede ser observada por acreedores y postulantes del “cram down”, pero en un plazo de diez días el juez concursal, Fabián Lorenzini, fijará el valor de las acciones representativas del capital social de la empresa y su decisión será inapelable.
Además de los inscriptos habilitados para presentar propuestas de salvataje, los accionistas de Vicentin también podrán hacerlo, de manera tal de garantizar la posibilidad de que compitan con las diferentes alternativas disponibles.
Una vez presentadas las propuestas, el plazo para lograr las conformidades será de 30 días y no de 20, como establece la normativa; se decidió ampliarlo en diez días debido a la complejidad del proceso. Aquí es cuando comienza la “carrera contra reloj”.
Lo interesante del proceso es que los acreedores –que deben elegir la propuesta final– pueden otorgar la conformidad a más de una, aunque la ganadora es la que obtenga en primer lugar las mayorías numéricas y de capital propias del período de exclusividad (la mitad más uno de los acreedores y dos terceras partes de la deuda concursal).
Obviamente, las iniciativas para lograr conformidades de los grandes integrantes del concurso ya están resueltas en lo que respecta al capital: el “partido” se jugará intentando convencer a los cientos de pequeños y medianos acreedores granarios y comerciales, cuya conformidad es necesario para lograr la mayoría numérica (el concurso tiene un total de 2638 acreedores).
Si bien el plazo máximo de la competencia de ofertas es de 30 días, el primer inscripto que obtenga las conformidades debe informarlo en el expediente y será el adjudicatario del proceso de salvataje.
Si ninguna de las propuestas presentadas lograra obtener la conformidad necesaria, entonces el juez concursal procede a declarar la quiebra, aunque, por la cantidad de propuestas presentadas y la magnitud de las compañías intervinientes, no se prevé ese escenario en el “cram down” de Vicentin.