Argentina es un país insólito en el cual la mayor parte de la población vive de las divisas generadas por el agro, pero no tiene conocimientos básicos sobre el sector y lo poco que saben al respecto suelen ser prejuicios lejanos a la realidad de los hechos.
El medio oficialista “La Derecha Diario” tomó al pasar una declaración del reconocido consultor Enrique Erize para sacarla completamente de contexto de una manera tan infantil como ridícula.
“Los cultivos de trigo son un espectáculo: hay gente hablando que se supera las 24 millones de toneladas cómodamente y otros hablando de 26; récord histórico total”. A partir de esa expresión –que es propia de cualquiera que conozca el estado del cultivo de trigo en el país– el medio oficialista llega a la conclusión de que habrá “una cosecha récord de trigo gracias a (el presidente Javier) Milei).
Tal récord no tiene nada que ver con el gobierno, pues obedece a condiciones climáticas extraordinarias registradas en muchas zonas productivas durante el ciclo del cultivo del cereal que está en plena fase de recolección.
En lo que respecta al área sembrada de trigo, si bien hubo un leve repunte en 2025/26 respecto del ciclo anterior, la superficie con trigo sigue estando por debajo de los niveles registrados entre 2019/20 y 2021/22.
Este año se sembraron, según datos oficiales, 6,60 millones de hectáreas de trigo en la Argentina versus 6,55 millones en 2024, pero en 2019 esa cifra había sido de 6,95 millones.
Si los redactores de panfletos de “La Derecha Diario” se tomaran el trabajo de consultar a Erize, seguramente se llevarían una sorpresa, porque el consultor –uno de los analistas agrícolas más destacados de la Argentina– tiene una visión crítica de las grandes cosechas de trigo.
Eso porque, a diferencia del maíz y la soja, donde la Argentina juega el “partido” con pocos competidores, en el caso del trigo el país es un actor marginal que debe competir con gigantes.
Salvo por el caso de Brasil, que importa todos los años entre 5,0 y 6,0 millones de toneladas y se abastece mayormente de trigo argentino, las demás regiones importadoras de trigo en África y Asia quedan muy lejos de la Argentina y, por lo tanto, los valores FOB argentinos deben reducirse mucho para poder ser competitivos en esos destinos, lo que implica que en muchas ocasiones –como la presente en esta campaña– el trigo no es negocio para la mayor parte de las empresas agrícolas.
En ese marco, Erize sostiene que aplicar derechos de exportación al trigo –el cereal está grabado con una alícuota del 9,5%– es un sinsentido porque el producto muchas veces no es competitivo con respecto al trigo ruso, francés o ucraniano, países que exportan cantidades colosales de cereal a granel a precios bajos.
El comentario de Erize está referido a la sorpresa de observar rendimientos muy elevados de trigo, que resultan inusuales en muchas regiones productivas. Por supuesto, los primeros sorprendidos son los propios productores y técnicos que gestionan tales cultivos.
Pero las empresas agrícolas no viven de alegrías ni de sorpresas, sino de generar márgenes económicos favorables, lo que ciertamente no luce sencillo con precios tan bajos del cereal. El hecho de que el nivel de comercialización de trigo argentino 2025/26 sea tan bajo es una señal inconfundible de que los precios actuales no son viables.
Al pasado 29 de octubre, según el último dato oficial disponible, las ventas de trigo 2025/26 sumaban 5,50 millones de toneladas, de las cuales 2,41 no tenían precio hecho (operaciones “a fijar”). En cuanto a las contratos con interés abierto de trigo 2025/26 en el mercado A3, las mismas suman apenas 900.000 toneladas.
Es decir: en pleno inicio de la cosecha de trigo es muy baja la proporción de cereal con precio hecho, lo que podría derivar en dos escenarios: una “carnicería” comercial en diciembre y enero próximo o bien retención de mercadería en el transcurso de 2026 para dosificar ventas en función de oportunidades de ocasión.







