Cinco años después la historia se repite, salvo por un solo detalle. En diciembre de 2019, a pocos días del cambio de gobierno, la aceitera Vicentin se declaró en cesación de pagos con una multimillonaria deuda en dólares y poco después entraría en concurso de acreedores. Uno de los principales perjudicados era el Banco Nación. El juez a cargo del concurso era el de Reconquista, Fabián Lorenzini, que hoy puso su gancho y habilitó el concurso. Los trabajadores que quedaron en ascuas por su futuro se contaban de a cientos.
Ahora, también en los primeros días de diciembre de 2024, la que ingresó formalmente en convocatoria de acreedores fue una de las grandes empresas del mismo grupo Vicentin, la Algodonera Avellaneda SA. El pasivo también es de muchos millones de dólares (casi 70) y el juez que habilitó el expediente será el mismo Lorenzini. Los puestos de trabajo en peligro son 544.
La diferencia entre una y otra historia de estas dos empresas claves para el agro argentino es que este nuevo concurso encuentra al país en un entorno político muy diferente. Y si acaso con la agroexportadora Vicentin el gobierno kirchenrista de ese entonces intentó “expropiarla” y se opuso tenazmente al avance del concurso, ahora la gestión de Javier Milei desista de mover un dedo para el futuro de la empresa.
Lo cierto es que el mismo Lorenzini decidió este viernes “declarar la apertura del concurso preventivo de la sociedad Algodonera Avellaneda SA (CUIT 30-59512404-9)”, con domicilio en la ciudad de Avellaneda, en el norte santafesino. La empresa ya había solicitado su Procedimiento Preventivo de Crisis a las autoridades laborales, hace unas pocas semanas.
El magistrado de Reconquista, además, clasificó el trámite como “”Gran Concurso-Proceso A”, dispuso que el próximo miércoles sse designen los síndicos que se ocuparán del caso, y lanzó un proceso de verificación de los créditos hasta el 14 de marzo de 2025.
En principio, según el fallo judicial al que accedió Bichos de Campo, existe un “importante volumen de acreedores denunciados, y la manifestación de un pasivo estimado una cifra cercana a los 70 mil millones de pesos, con 544 empleados en relación de dependencia”.
Como se acerca la feria judicial, y la continuidad de las fuentes laborales podría correr peligro, Lorenzini decidió de urgencia constituir un “comité provisorio de control” de Algodonera Avellaneda SA y designar allí a representantes de los principales acreedores: la financiera Amerra Capital Management LLC, la Empresa Provincial de la Energía de Santa Fe (EPE), y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Además habrá representantes de los trabajadores.
Los principales acreedores son:
- AMERRA CAPITAL MANAGEMENT LLC ($ 37.060.944.491,25
- Empresa Provincia de la Energía de Santa Fe (EPE) ($ 3.749.040.690,03.-)
- AFIP ($ 2.624.536.768,81.-)
- OLEAGINOSA SAN LORENZO SA ($ 544.874.573,90.-)
- ZURICH ARGENTINA CIA. DE SEGUROS SA ($ 416.247.625,71.-)
- Empresa de energía de la provincia del Chaco ($ 273.337.393,19.-).
“El pasivo informado al 23/10/2024 fue de 64.622.611.318 pesos (sin contabilizar previsiones de sueldos y cargas sociales e impuestos diferidos que conforman un pasivo integral de $73.532.276.657); en tanto que el activo ascendía a $66.638.196.589 (constituido en un 96% por bienes de uso); el restante 4% estaba compuesto por caja y bancos ($6.751.550), inversiones ($11.672.169), y otros créditos por créditos por ventas”, es el primer balance de la situación actual de la compañía perteneciente a la familia Vicentín.
Existía además un pasivo previsional por la suma de 941 millones de pesos al 23 de octubre.
Pero además, y mostrando como las historias se cruzan con la de Vicentin, la sociedad informó al juzgado la existencia de una deuda catalogada como “contingente”, por la suma de 185,4 millones de dólares, originada en operaciones concertadas entre Vicentin SAIC y el Banco Nación. En esos casos, Algodonera Avellaneda fue “solicitante conjunta y codeudora, con garantía hipotecaria constituída sobre el establecimiento de la hilandería y tejeduría situadas en el parque industrial de la ciudad de Reconquista”. En todos esos casos, hay juicios con sentencia sobre esos préstamos.
El pasivo, fuera de esos créditos, se divide entre acreedores comerciales (10,04%), discales, previsionales y sindicales (4.28%), financieros (64.49%), y sociedades vinculadas (21.19%), esto sin contabilizar para este promedio la deuda en favor del BNA.
Los 544 empleados en relación de dependencia que tiene la concursada prestan servicios en establecimientos situados en Santa Fe, Chaco y Santiago del Estero, pero hasta el momento no acumulaban grandes deudas exigibles con los organismos de seguridad social. Solo se adeudaban los períodos de mayo a septiembre de 2024 de contribuciones a la seguridad social, por una suma de 576 millones de pesos, y aportes por 365 millones.
“Los solicitantes señalaron que la hipoteca constituida sobre las instalaciones industriales (inmuebles y maquinarias) situadas en la ciudad de Reconquista, formó parte de una operatoria conjunta con la sociedad Vicentin SAIC, otorgada en la convicción de que la misma sería solucionada por aquella”, dice el escrito judicial. Pero cinco años después, el concurso de la emrpesa madre del grupo todavía continúa abierto.
El juez de Reconquista rememora que “en virtud de las dificultades financieras que representó para Algodonera Avellaneda el concursamiento de Vicentin y la inexistencia de financiamiento para su capital de trabajo”, la empresa textil también comenzó a trabajar en 2019 bajo “una modalidad de prestación de servicios a terceros (fazón), en todas sus unidades de negocios”.
Entre los grupos que hoy ocupan las instalaciones están la Unión Agrícola de Avellaneda CL y la sociedad Buyatti SAICA, ambas con sede en las ciudades de Reconquista y Avellaneda.
Este es el fallo de Lorenzini:
Resolución de apertura concursal