Se produjo un choque de culturas el jueves y viernes en Paraná, Entre Ríos, donde se realizó el séptimo encuentro anual de Fundaciones y Entes de lucha sanitaria, convocado por Confederaciones Rurales Argetninas (CRA) y la FUCOFA entrerriana. ¿Y quiénes chocaron? La vieja estructura de fundaciones creada en la década de los 90 para dar batalla contra la fiebre aftosa y el “nuevo Senasa”, que pregona un nuevo modelo sanitario basado en la “digitalización” de muchos trámites y los controles selectivos.
Hubo una gran convocatoria de dirigentes rurales de todas las zonas del país, y no era para menos. Es que lo que en el fondo se discutía era el modelo de gestión que adoptará una Argentina que quiere convertirse en “supermercado del mundo” en los próximos años. ¿Quién asumirá la responsabilidad de asegurar que esos alimentos son sanos e inocuos? ¿Y quién se hará cargo de los costos? ¿El productor o el Estado? ¿Las Fundaciones siguen sirviendo para algo?
Lógicamente la estructura de “viejas” Fundaciones cree que sí, que sigue sirviendo y mucho. Por eso la demostración de fuerza tuvo un destinatario muy claro: el presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Ricardo Negri, que fue parte de la reunión y contestó a todas las preguntas. Puso la cara.
“Ricky” encarna desde hace unos meses la transformación que el gobierno de Mauricio Macri quiere imprimirle al servicio sanitario nacional. La ha acelerado a punto tal de ejecutar algunos cientos de despidos y de reducir a la mitad las Regionales en que estaba dividido el organismo. Bajaron de 14 a 7, y al frente de la mayoría de ellas Cambiemos está imponiendo a gente que le responde más a esta línea política “modernizadora” que a la vieja estructura de veterinarios que comandó el Senasa en las últimas décadas.
Sacando chapa de haber derrotado no una sino dos veces a la fiebre aftosa, la vieja cultura de las Fundaciones (en actividad hay 315 en todo el país, pero especialmente en las zonas ganaderas) quería saber qué pito le tocará jugar en el contexto de grandes cambios que Negri propone para el Senasa. Cambios que, a la vez, se producen en medio de un fuerte ajuste del presupuesto nacional. No hay plata en el Estado, eso queda claro. Pero a la vez se propicia un cambio y mayor responsabilidad de los productores en las luchas sanitarias. Y eso siempre implica plata.
La FUCOFA de Entre Ríos, entidad anfitriona, es el mejor ejemplo de la envergadura que conserva la vieja cultura. De ella dependen más cantidad de veterinarios y paratécnicos de los que trabajan para el Senasa en toda la provincia. Creada por tres entidades rurales a principios de los noventa, FUCOFA tiene a su cargo los planes de vacunación contra la aftosa, la brucelosis y hasta el control de garrapata en las tropas que ingresan a la provincia desde zonas sucias.
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Este último es el mejor ejemplo de que ambas culturas no saben dónde empiezan y terminan las responsabilidades de una y otra estructura. Es que los controles por garrapata y otras enfermedades, según Claudio Alvarez Daneri, titular de la fundación entrerriana, deberían ser potestad de los veterinarios oficiales. Pero nadie los hace si ellos no se ocupan de avisarle al Senasa y hasta trasladan al empleado público al lugar de la inspección. El campo pagándole el gasoil al patrullero y al veterinario…
“Solo aquellos planes sanitarios que nacieron con la opinión del productor son los que tienen éxito. Tenemos que tener las tres patas: la provincia, la Nación y los productores. Lo que es responsabilidad del productor es del productor, pero hay cierta parte económica que corresponde al Estado, como es la vigilancia epidemiológica”, enfatizó Alvarez Daneri, para dejar clara cuál es la discusión entre ambas culturas.
Negri, frente a estos planteos, repitió que la decisión política de construir un “nuevo Senasa” está tomada, aun a pesar de las visibles restricciones presupuestarias. Esto implicará más trámites vía Internet, un nuevo esquema de organización de regionales y la priorización del “cliente” de los alimentos argentinos como sujeto de las políticas.
Aclaró, de todos modos, que eso no implicará dinamitar la vieja estructura de fundaciones que resultó efectiva contra la aftosa. Por el contrario, prometió encauzar las relaciones entre la vieja y la nueva cultura a través de la renegociación de nuevos convenios, donde habría que definir dónde empiezan y terminan las responsabilidades de los privados y el Estado.
Como señal de paz, lo primero que hizo el titular del Senasa al llegar a Paraná fue confirmar que la Argentina seguirá vacunando contra la fiebre aftosa más allá de las movidas que existen en Brasil para dejar de hacerlo a partir de 2021. La vacunación sigue siendo la principal tarea de las Fundaciones y su fuente de sustento. De allí que la aclaración fue muy bien recibida.
Ver El presidente del Senasa dice que la Argentina seguirá vacunando contra la fiebre aftosa
Pero a futuro, Negri aclaró que el “nuevo Senasa” analizará que otros costos de las luchas sanitarias podrían derivarse hacia los actores productivos. Citó como ejemplo el de los certificados requeridos para llegar a ciertos mercados de exportación, que pasarían a ser un costo para las empresas que embarcan y no un gasto para el servicio veterinario.
“En una Argentina con el déficit que tenemos no podemos cargarles mas cosas a los gastos públicos. Con lo cual cada uno de que necesite un servicio especifico en el futuro, cada vez más va a ser arancelado”, dijo Negri.
El funcionario macrista además defendió la digitalización de los trámites que los productores deben realizar ante el organismo, más allá de que reconoció que en muchas zonas del país es un problema encontrar señal de celular. “En los próximos cinco años todas nuestras cadenas van a ser traspasadas al medio digital. La gestión nos permite (liberar recursos) para mas trabajar cosas distintas y mucho más divertidas”, enfatizó.
Según Negri, además, los productores están aceptando de buena gana estas innovaciones, ya que en julio hubo 44% de autogestión de DT-e y en agosto ese porcentaje trepó al 48%. Esto no implicará, agregó, que no queden tareas para las oficinas locales. “Pero quiero que destinemos esos recursos a solucionar otros problemas, que son un montón”, pidió.
Respecto de los Entes de lucha sanitaria, Negri no los descartó sino que los calificó como aliados centrales en la ejecución territorial de muchos planes sanitarios. “Si bien el Ente ejecuta estas acciones, el Senasa es el responsable solidario y esto hace que seamos absolutamente interdependientes”, explicó.
Luego enfatizó que “las ventajas de los entes tiene que ver con la mejora en el uso de los recursos del Estad. Además el sistema está atento, porque la responsabilidad es de todos y hay un control de pares. Permiten la disposición de fondos rápidos y la velocidad de reacción ante una emergencia es mucho más rápida.” elogió. Fue música para los oídos de las viejas Fundaciones.
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En este contexto, Negri habilitó las puertas para una negociación entre el viejo y el nuevo sistema sanitario, que defina bien las responsabilidades de privados y estatales. “Debemos generar una mirada de largo plazo con roles bien claros, ya que la interdependencia es altísima”, admitió.
Después de esta declaración afectiva y práctica, los representantes de ambas culturas deberían sentarse a trabajar en serio para elaborar protocolos que deberán quedar plasmados en nuevos convenios. Negri explicó: “La formalización de la relación de Senasa con los entes es muy baja. Tenemos vínculos personales fuertes pero institucionales débiles”.
Dardo Chiesa, el titular de CRA, recogió el guante y hasta elevó la apuesta. “Las Fundaciones son de sanidad animal; son rojas, no verdes”, aclaró, como diciendo que una de las tareas que podrían absorber en lo inmediato serían la certificación de campos libres de tuberculosis o brucelosis que comienzan a exigir algunos mercados, en especial China.
Pero, a futuro, Chiesa se mostró partidario a que esta estructura que nació para luchar contra la fiebre aftosa puede desplegar territorialmente planes sanitarios contra algunas plagas vegetales, como el picudo algodonero, la langosta, el HLB, la mosca de la fruta, etcétera. Incluso no descartó que puedan ser las Fundaciones las que controlen en el territorio la aplicación de una nueva Ley de Semillas, en lo que a control de germoplasma se refiere. “También podemos ser parte de un proceso de certificación de semilla legal. Esto también se está hablando”, admitió.
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“Siempre me dio la impresión de que el Estado lo que quería es nuestra plata. En la gestión anterior había superávit y derroche y no nos necesitaban. Ahora que hay que arreglar las cuentas, nos miran con mucho cariños. Somos rubios de ojos celestes todos en el campo”, ironizóel titular de CRA.
Pero de inmediato cambio a tono serio: “Tenemos la posibilidad de generar los mecanismos institucionales para que este sistema funcione y funcione bien”. Según el ruralista, el esquema de Fundaciones, la vieja cultura, “tiene un potencial enorme, pero lo que hay que saber bien es cuál será su función. Necesita saber que tiene respaldo, no por un funcionario de turno, sino por un anclaje legal” que soporte a varios gobiernos.
Lo dicho. Hubo choque de culturas en Paraná. Quedaron del mismo promesas de buen trato y negociación. Solo el correr del tiempo dirá si las intenciones eras buenas.