Las exportaciones de carne vacuna siguen creciendo a ritmo sostenido. Según datos del INDEC, en abril pasado los embarques sumaron 52.000 toneladas peso producto, contabilizando los huesos con carne. Esto equivale a 74.000 toneladas res con hueso e implica un incremento de 10% con respecto a abril del año pasado.
Durante el cuarto mes del año a China se enviaron 60.000 res con hueso, lo que representó el 80% del total despachado. El ingreso de divisas proveniente de ese mercado fue de 145 millones de dólares.
En tanto, en el primer cuatrimestre las ventas totales sumaron 300.000 toneladas res con hueso, contra las 262.500 de igual período del 2022, por lo que el crecimiento en las ventas fue de 14%.
El 78% de lo que Argentina lleva vendido a todos los mercados en el primer cuatrimestre del año terminó en China, que desde hace algunos años se ha convertido en el gran comprador mundial de carne vacuna.
El crecimiento en los negocios tiene que ver con tres cuestiones. Una es que en enero del año pasado las habilitaciones oficiales fueron pocas (hay que recordar que las exportaciones de carne están reguladas por cupos que nadie conoce muy bien cómo se distribuyen).
Las otras dos tienen que ver conque este año además hay una creciente demanda asiática por la salida de las restricciones del Covid y que en Argentina la seca obligó a una mayor faena de vacas, cuya carne se destina a ese mercado.
Pero si bien cada vez se exporta más, el ingreso de divisas es menor por la caída de los precios que paga el país asiático. En los primeros cuatro meses de este año ingresaron 894 millones de dólares, un 15% menos que en iguales meses del año pasado.
Esta caída se viene reflejando en los precios que van comunicando los exportadores y quedó también en evidencia en la reciente feria Sial que se realiza en Shangai.
Allí los importadores asiáticos mostraron interés por el producto, pero también menos poder de compra, porque la actividad económica y el consumo interno todavía no volvieron a los niveles anteriores a la pandemia.
Por eso los precios tienen tendencia bajista. Por cortes como garrón y brazuelo los chinos pretenden pagar 5.000 dólares la tonelada, cuando a principios de este año se llegaron a vender en 6.000 dólares, y el año pasado los valores llegaron a los 8.000 dólares. La caída llega al 38%.