Taninos del Sur es una asociación chilena de productores de “vino natural” que nació al principio de 2020 y está conformada por 5 productores de vino de la llamada zona de secano del país vecino. Se trata de la región de Valparaiso, donde no se necesita de riego artificial para llevar adelante los viñedos.
Los productores tienen entre 1 y 4 hectáreas plantadas cada uno y son los siguientes: Bodega Montsecano, La Recova, Tinta Tinto, Hacienda San Juan y Traro Wines. Las variedades de uva que se producen en esta asociación son Sauvignon Blanc, Chardonnay, Pinot Noir y Syrah, y proyectan el ingreso de par de variedades más que no son comunes en Chile.
“Con ´vino natural´ nos referimos a vinos que dentro de su composición química no tienen presencia de los niveles promedio de sulfitos (SO2), que generalmente utilizan las viñas de procesos industriales, y que tampoco se emplean correctores de defectos organolépticos del vino. En pocas palabras, es sólo mosto fermentado y el uso de sulfitos se emplea básicamente para esterilizar las botellas donde el vino estará contenido”, explica Jorge Molinet, perteneciente a la asociación.
La agricultura de secano es aquella en la que el ser humano no contribuye a la irrigación de los campos, sino que utiliza únicamente la que proviene de la lluvias. En este caso las bajas temperaturas provenientes del océano Pacífico ayudan a mantener un clima propicio para desarrollar vinos de clima frío.
“Si hay algo que muchas veces causa inquietud son las heladas primaverales. Estas golpean las parras con un fuerte choque de bajas temperaturas donde las hojas se congelan y degeneran su materia vegetal por lo cual retrasa su proceso de crecimiento notablemente, inclusive los primeros brotes se pueden ver afectados con pérdida de hasta 50%”, describe.
Con respecto a la fertilización, el enfoque principal es proporcionar vida a los suelos, reintegrando toda la materia vegetal residual de los procesos de vendimia, además de excremento de vacas, oveja, gallinas y gansos, con los cuales se prepara un compost base rico en microorganismos que llevarán a la proliferacion de vida en los suelos.
El objetivo es lograr un vino de alta gama de manera limpia y transparente. Por eso el principal trabajo se hace en los suelos aportándoles vida para desarrollar un sistema radicular mucho más extenso que permite absorber mucho mejor los nutrientes y con esto obtener una uva de alta concentración. El rinde que obtienen es 5.000 kilos por hectárea cuando el promedio de viñas industriales es de aproximadamente 10.000 kilos.
“Enfocándonos en esto logramos evitar el uso de fertilizantes industriales, herbicidas, pesticidas y fungicidas que finalmente son nocivos para la salud del ser humano a largo plazo”, reflexiona Jorge.
Además de la producción en sí, la Asociación apunta al enoturismo, que tiene como objetivo ser la puerta de entrada a la conexión con la naturaleza dado que sus integrantes consideran que este deseo por estar en ambienten naturales no es una moda sino que llegó para quedarse. “Cada día somos más las personas que buscamos sentirnos en contacto con la Madre Tierra y el buen vino que proviene, justamente, de ella. Nosotros como asociación estamos felizmente comprometidos de recibir al turista y poner de nuestra parte que cada día vengan más”, dice Jorge.
El tipo de turismo que ofrecen es “de contacto”, es decir, una experiencia en la que las personas toquen, escuchen y respiren la producción de vino, para lo cual tienen un trayecto organizado con distintas estaciones donde cada participante podrá vivir sensaciones únicas en espacios únicos: “Por el momento los turistas que vienen son nacionales pero el objetivo es que todo el mundo venga a conocer el secano costero de Chile, donde se producen vinos con identidad, vinos que no serán igual a la añada anterior porque reflejan honestamente las cualidades climáticas que los diferencian”.
Jorge cuenta que el COVID fue un golpe que los llevó a reestructurar lo que venían haciendo ya que fue justo en ese momento cuando se terminó de consolidar la Asociación de Productores de Vinos Naturales del Secano Costero Chileno.
“Hasta la fecha somos un grupo que se une cada vez más a pesar de los momentos difíciles, ya que se detuvo la actividad enoturística debido a los cordones sanitarios, por lo cual buscamos otros medios de vinculación con el público y fue ahí cuando las videoconferencias tomaron un importante rol como puente de comunicación”, detalla.
“Logramos hacer varias catas online con la participación de cada productor y mantuvimos el contacto a través de sesiones en vivo semanales, las cuales forjaron un estrecho vínculo con nuestros seguidores y así logramos salir adelante. Veremos ahora cómo sigue todo”.