Por Nicolás Razzetti.-
Además de la birome, el colectivo y el dulce de leche, en la Argentina se inventó el silobolsa, o por lo menos aquí se generalizó su utilización. Esa herramienta en los últimos años se volvió fundamental para almacenar una cosecha agrícola creciente y cuya evolución no fue acompañada por la expansión de los silos fijos.
Alberto Mendiondo, encargado de comercio exterior de IpesaSilo, dijo que en los últimos 13 años el incremento en las ventas fue del 1.000%. “Pasamos de vender 38 mil a 400 mil bolsas por año”, indicó.
Mendiondo destacó las bondades de la bolsa para almacenar el grano especialmente en años como el actual, cuando el clima permite la cosecha pero no posibilita la salida de los camiones de los campos por el mal estado de los caminos.
Según estimaciones del sector, este año pasaron por las bolsas plásticas cerca de 60 millones de toneladas. “A algunos les permite el guardar el grano por mucho tiempo, pero otros la usan como ´buffer´, para no detener la cosecha”, explicó el empresario.
Con respecto a la exportación comentó que Ipesa exporta a 45 países y que la tecnología está siendo incorporada en Estados Unidos, en estados como Kansas, Nebraska o Dakota, donde falta infraestructura fija. También en Canadá, donde ayuda a bajar costos de cosecha.
Contra el cáncer
La firma líder en ventas de este insumo desarrolló un modelo de silobolsa color rosa. La iniciativa fue presentada esta semana en Fundaleu. Allí IpesaSilo anunció que por la venta de cada silo bolsa de ese color donará 10 dólares a la Fundación de Lucha contra la Leucemia y al hospital Santamarina de Tandil. La campaña se llama “un abrazo solidario del campo” y la intención es concientizar sobre estas enfermedades y la lucha que llevan adelante esas instituciones.
Mariano Klas, director de marketing y publicidad de Ipesa, dijo que las bolsas rosas “ya están en la cadena de distribución y tienen la misma calidad y garantía que el producto tradicional”.