Esta semana las autoridades del Senasa comunicaron que el 80% de los productores con más de 300 vacas en la provincia de Buenos Aires ya cuenta con Determinación Obligatoria del Estatus Sanitario (DOES) que los certifica como libres de brucelosis.
¿Y en el resto de las provincias que sucede? En Córdoba y La Pampa esa proporción es del 71%, en San Luis del 70%, en Salta y Santa Fe del 58%, en Santiago del Estero del 46%, en Entre Ríos del 31%, en Corrientes y Chaco del 28% y en Tucumán 26%.
Eso implica que aún existe una proporción muy importante de empresas ganaderas sin DOES y desde el comienzo del presente mes de agosto ese es un requisito indispensable para poder vender vacas a partir de la cuales se puedan elaborar cortes con destino a China (nación que acapara la mayor parte de las importaciones de carne vacuna).
Por lo tanto, los frigoríficos exportadores ya no pueden acceder a todas las vacas disponibles en el mercado, sino solamente a aquellas que sean “apto China”, es decir, las provenientes de empresas ganaderas con el DOES certificado por Senasa.
Las vacas “no apto China” tienen una demanda externa mucha más limitada y, por lo tanto, un precio mucho menor. También pueden colocarse en el mercado interno para terminar en algún puchero con bastante condimento o bien en la mesa de algún valiente que quiera poner a prueba su dentadura.
La normativa vigente dispone que aquellos establecimientos que tienen más de 300 vacas debían determinar el estatus sanitario de sus rodeos en lo que respecta a brucelosis antes del 31 de julio próximo para no quedar comprendidos en la categoría “no apto China”. Para los establecimientos con menos de 300 vacas ese plazo vence el 30 de noviembre, con lo cual en diciembre próximo podría eventualmente expandirse el “cepo sanitario”, dado que los productores más pequeños vienen más atrasados en lo que respecta al cumplimiento de la nueva exigencia sanitaria.
¿Y cómo viene el cumplimiento de los DOES a nivel nacional en todos los establecimientos ganaderos? Apenas el 41% logró hasta el momento estar certificado como libre de brucelosis.
En definitiva: aquellos que no cumplieron con la exigencia del DOES provocaron una restricción de oferta que permitió capturar precios superiores de ventas de vacas a los que sí cumplieron.