María Teresa es un distrito en la zona núcleo de la provincia de Santa Fe con cuatro mil habitantes y una extensión de 60 mil hectáreas, de las cuales 50 mil son productivas y el resto tienen bajos o lagunas. A través de un relevamiento, que concluyó que el 60% de ese territorio eran propiedades de más de 800 hectáreas, en manos de 13 productores o empresas que no residen en esa localidad, en 2013 se fijó una tasa rural “segmentada”, con el objetivo de promover las pymes agropecuarias locales.
“Hasta ese momento todos pagaban lo mismo, no importaba cuánto campo tuviese un productor. Había una concentración muy grande y nos parecía injusto”, dijo a Bichos de Campo Gonzalo Goyechea, presidente comunal de María Teresa. La primera segmentación que se realizó hace 7 años, distinguiendo entre productores chicos, medianos y grandes, tuvo su actualización el mes pasado.
“Creemos que los tributos tienen que ser progresivos, que el que más tiene más debe pagar. Y consideramos que no es lo mismo un productor local de uno de afuera”, aseguró Goyechea.
La nueva segmentación tributaria se define bajo dos criterios: la cantidad de hectáreas que tiene el productor –que distinguen entre las que son productivas y las que no- y si reside o no en el distrito. “No es lo mismo una persona que le da actividad económica al pueblo, cuya familia trabaja en el campo, que participa en las instituciones y colabora socialmente, a un productor que vive en otra localidad”, agregó.
A partir de allí se calcula la tasa rural, que no es un impuesto sino una contraprestación de servicios. Este aporte le permite a la comuna hacer, por ejemplo, tareas de vialidad y mantenimiento de caminos.
Hasta principios de septiembre, la tasa se calculaba por unidades tributarias, cuyo precio equivalía a un litro de gasoil, y se dividía en tres segmentos: hasta 250 hectáreas se pagaba un equivalente a 7 unidades tributarias por hectárea; entre las 251 y las 800 hectáreas se pagaban 11.9 unidades tributarias por hectárea y los establecimientos de más de 800 pagaban 14 unidades por hectárea.
Para que sea igualitario, María Teresa aplicó un sistema de subsidios por el cual todos pagaban lo mismo en una primera instancia, y a partir de este cálculo diferencial se define un porcentaje de reintegro. El valor total de la tasa se divide en seis meses y se abona de manera bimestral.
La nueva segmentación mantiene este criterio, pero agrega más categorías permitiendo diferenciar aun más a los pequeños productores. Por ejemplo, aquel productor que tenga menos de 50 hectáreas deberá pagar 3 unidades tributarias por hectárea, lo que representa un 78.57% de subsidio. En cambio, si se tiene entre 200 y 250 hectáreas, se deberán pagar 7 unidades tributarias y el subsidio será sólo de un 50%.
Ahora bien, para poder mantener esa promoción que ofrece la comuna, se debe cumplir con dos ordenanzas que hacen al buen estado de los caminos. En primer lugar no se debe circular los días de lluvia durante 24 horas, para evitar su deterioro. En segundo lugar, el ingreso a la tranquera debe tener tubos para que el agua de las cunetas circule y no produzca obstrucciones.
“Esta promoción que da el subsidio es siempre y cuando no incumplan estas dos ordenanzas. Si vos decís ‘yo salgo con el tractor igual’ y destrozás todo te sacamos el subsidio. Es tratar de evitar la viveza”, comentó Goyechea.
Aunque este sistema tributario ha demostrado tener buenos resultados, María Teresa es el único distrito en la zona que aplica esta segmentación. “No es algo común. Hemos expuesto en diferentes paneles y ponemos siempre a disposición la ordenanza pero nunca nos han consultado”, confirmó el presidente comunal.