La historia de amor entre Brenda Trepode, una dermocosmiatra de la ciudad de Salto, y el productor forrajero oriundo de la localidad bonaerense de Rojas, Iván Barredo, comenzó en pandemia a través de las redes sociales. En tiempos de distanciamiento obligatorio, además de los casi 50 kilómetros que geográficamente los separaban, la pareja fue planeando cada detalle de su unión en matrimonio casi 5 años después.
Fue así que luego de que ella dio el sí a la propuesta de casamiento de Iván en una playa brasileña, esos planes se pusieron en marcha y los novios terminaron cansándose este 15 de febrero entre ritmos folklóricos y payadas y usando un tractor John Deere como auto de recién casados.
Si bien Iván apenas recuerda de dónde tomó esa idea de abandonar la capilla sobre el vehículo de trabajo que usa día a día en su empresa La Porfiada, dedicada a la elaboración de rollos desde el pueblito de Roberto Cano, sobre la ruta 188, siempre estuvo seguro de que el día de su boda estaría rodeado de todo lo que define y caracteriza a un hombre de campo.
“Estuvimos todo un año organizando y viendo cómo hacer, hasta que decidimos esto del tractor, porque es algo mío, es con lo que trabajo todos los días. Hasta ahora unos habían tenido la iniciativa de salir de la iglesia en bicicleta, otros en motos y autos antiguos, pero nunca nadie lo había hecho así en un tractor”, comentó el novio.
“Fue una sorpresa para la gente, porque acá es como una costumbre o una tradición escoltar a los novios, haciendo una caravana. Fue algo muy emotivo para la gente que nos acompañó desde la iglesia hasta el lugar del evento”, contó Barredo a Bichos de Campo.
A la boda de estos jóvenes productores, que ya cuidan de un pequeño de un poco mas de dos años de edad, no le faltó nada. Por eso además de cantar en la ceremonia nupcial, el coro de la iglesia -como siempre lo soñó Brenda- la celebración estuvo amenizada por el payador Nicolás Membriani, cuyo talento es admirado por Iván.
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“Además de lo que hago como productor, me gusta mucho la música. Primero dentro de la iglesia estuvo cantando el coro de Rojas, que fue una sorpresa para mi mujer. Después cuando salimos de la iglesia, nos agasajaron con música en vivo, especialmente folklore que es lo que a mi me gusta. Pero lo más emotivo fue que en el lugar del festejo estuvo Nicolás Membrani, que para mí entre todos los payadores es el mejor que tenemos”, dijo el productor forrajero.
Casi con la misma emoción del momento, Iván relató que la interpretación del payador oficial del Festival de Domas y Folklore de Jesús María, logró conmover hasta las lágrimas a más de uno con sus rimas. “Nosotros preferimos que él se apoderara del micrófono y dijera lo que le naciera. Fue así que nos regaló unas palabra que nos hizo emocionar muchísimo. Esa es la magia de un payador, improvisar lo que va decir”, remarcó Iván.
Sin continuar con los protocolos de las nupcias porque el campo no entiende de esas cosas, la vida de Iván y Brenda continua este lunes sobre un tractor, armando esos fardo de alfalfa y otras forrajeras.
“Como hace varios años venimos haciendo vida de casados, tenemos nuestro hijo y vivimos aquí en el campo. Seguiremos haciendo junto a la familia esos fardos de alfalfa y otras pasturas de calidad superior. Nosotros en Fardos La Porfiada pensamos siempre en los clientes más exigentes para ganar en calidad y tener una mejor remuneración con lo que hacemos. No estamos tan enfrascados en la cantidad que producimos, sino que velamos por la calidad de los que hacemos,” precisó el joven productor, que obtuvo tres campeonatos en Mercoláctea a la “mejor alfalfa conservada del país”.
-¿Y como es el vínculo de una dermocosmiatra con la vida de campo?
-Brenda no ha hecho resistencia. Ella se pone su sombrero, se coloca las cremas para cuidar de su piel y sube conmigo al tractor, y lo mismo me ayuda con los fardos que a cuidar de las vacas que también tenemos en la finca.