Pese a la escasez de fondos públicos, la lucha contra la Lobesia Botrana o polilla de la vid está dando buenos resultados. “Estamos contentos por los avances del programa en cuanto a manejo, ya que el resultado es una disminución del 70% en la captura de adultos en Mendoza”, dijo Carolina Sosa, de la Estación Experimental Agropecuaria San Juan del Inta y una de las especialista en Protección Vegetal más importantes de la zona del Cuyo.
En diálogo con Bichos de Campo la experta indicó que “San Juan al tener una población menor, prácticamente no sufrió daños en racimos, y por ende en esa provincia la plaga está frenada”.
Sosa explicó que “Mendoza tenía unas 135.000 hectáreas afectadas con Lobesia, mientras que en la temporada 2018 esa cifra bajó a 115.000 hectáreas; en tanto en San Juan la afección es de cerca de 23.000 hectáreas sobre un total de 47.000 hectáreas con vid”.
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De todos modos, este esfuerzo pendía de un hilo por la falta de recursos. “Más allá de que no hay intención de que se interrumpan los programas sanitarios, no teníamos asegurados los recursos para control de Lobesia. Se ha creado la ley que debería destinar fondos, pero hasta el momento veníamos moviéndonos con fondos extraordinarios para hacerle frente”, explicó Sosa.
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En las últimas horas, por lo menos en lo que corresponde a Mendoza, se supo que finalmente llegará algo de ayuda oficial para combatir la Lobesia Botrana o polilla de vid. El gobierno nacional aportará 100 millones de pesos y el de Mendoza contribuirá con otros 50 millones, mientras que se busca un mecanismo para que los productores se hagan cargo de otros 150 millones que hacen falta. Respecto de San Juan, todavía no hay novedades.
Sosa, quien también está en el Comité Asesor del programa nacional de la Lobesia Botrana, justificó la necesidad de contar con recursos. “Apuntamos no sólo al control sino también a la erradicación de la plaga, que puede afectar entre el 80% y el 100% de la producción de vid”, explicó.
En cuanto a Mosca de los Frutos, otra de las plagas de mayor importancia económica para la producción frutihortícola de la Argentina, Sosa especificó que “en la Experimental San Juan tenemos líneas de investigación al respecto del tratamiento. En conjunto con el Conicet, estudiamos sustancias de origen vegetal que son volátiles y que son percibidas por los insectos a través de sus antenas, que es donde guardan sus sentidos. Esas sustancias son generadoras de cambios comportamentales en las plagas, pudiendo provocar efectos anti alimentarios o insecticidas. Estas son técnicas muy promisorias dado que lo que hoy se busca es tener estrategias de manejo de plagas que no sean contaminantes con el ambiente”.
La Mosca de los Frutos también tiene un programa nacional por un lado, y luego cada provincia tiene sub-programas locales. Hasta que no haya nuevas tecnologías, Sosa explicó que “aplicamos la técnica de insecto estéril, en la que este tipo de especímenes compiten con los machos silvestres para generar cópulas que no sean efectivas. De este modo, generando huevos estériles, logramos reducir la población de la plaga”.
La técnica aclaró que “se ha logrado el cambio de status sanitarios de muchos valles, pasando a libres de la plaga, pero en general, en zonas donda hay fruticultura, la plaga está presente, aunque bajo control oficial”.