Inspirado por uno de sus hijos que un día le dijo “esto es lo que viene”, Carlos Lisanti y su compañera Gabriela “La Colo” decidieron poner manos a la obra e incursionar en un terreno que desconocían: la hidroponia. Hace unos años fundaron en la localidad bonaerense de Pablo Nogués un emprendimiento llamado Del agua venimos. Allí producen todo tipo de verduras de hoja y además hace un par de cosas insolentes: logran un mix de especies en el mismo espacio, y también cosechan y venden las plantas en dos estadíos previos: micro (apenas más que un brote) y baby (a mitad de camino).
Carlos era contador y no tenía nada que ver con la agricultura. Pero junto a su familia conformó en mayo del 2016 el que define como “el primer establecimiento de cultivo hidropónico de hortalizas libres de agroquímicos y de calidad premium en Buenos Aires”. El invernadero tiene 900 metros cuadrados repletos de tuberías agujereadas por donde circulan el agua y los nutrientes. Lisanti agregó que ellos siembran siguiendo el calendario biodinámico, que no usan productos químicos y que producen unas 18 mil plantas a una velocidad asombrosa.
¿Por qué tanta velocidad? “Acá las plantas están como en un spa, reciben el alimento exacto a la hora indicada, no se estresan y crecen 40% más rápido que en tierra y son mucho más sabrosas al no utilizar agroquímicos”, resalta Lisanti a Bichos de Campo mientras invita a la recorrida por su invernadero.
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Como dijimos, antes de arrancar con este proyecto el conocimiento de Lisanti sobre el tema era cero, literal. Pero Ramiro comentó de un proyecto que estaba haciendo un amigo suyo en Australia y ese fue el puntapié que llevó a la familia a capacitarse en hidroponia para replicar aquel modelo en Argentina.
“A raíz de haber hablado con colegas amigos que ya hacían hidroponia, pensamos que el mejor sistema a utilizar era el de NFT, que es un sistema cerrado de agua con pasaje de nutrientes, donde ésta circula por unos perfiles o caños rectangulares, para lo cual se requiere de una bomba superior que te eleve el agua hasta la parte superior de la mesada. Luego se trabaja todo en gravedad y con caídas, pero con retorno al tanque de origen, lo que te permite ahorrar hasta el 90% del agua”, describe.
La Colo, su esposa, es la especialista en saber qué sembrar en el invernadero; por ahora tienen 16 variedades de verduras de hoja y además obtienen mezclas de variedades reunidas en un mismo casillero de las tuberías, de modo que cuendo cosechan ya tienen el mix adecuado.
“Iniciamos con cosas básicas como lechuga, radicheta, berro o kale, pero también empezamos a conseguir semillas de distintas coles chinas (como mizuna, pak choi, hakusai), entre otras que no se consiguen acá y fue así como logramos hacer un mix de todas esas variedades en una misma planta, para lograr que la ensalada verde no sea desabrida”, explica Lisanti.
Realizar manejos agronómicos hechos en pequeñas superficies y con tiempos acelerados. Eso es hacer hidroponia para Lisanti. “La mayor densidad por metro cuadrado y la mayor rapidez en el crecimiento nos permiten sectorizar ciertas partes del cultivo y experimentar qué mix conviene hacer y cuál sale mejor al mercado y qué es lo que la gente va demandando”, manifiesta.
Aunque su escala productiva actual no les permite llegar con flujo de mercadería a supermercados y cadenas comerciales muy grandes, Lisanti logró conseguir distintos circuitos comerciales como restaurantes, dietéticas y almacenes orgánicos. Los consumidores que husmean por allí “ya se están mentalizando en que esa guarnición que acompañe el plato sea sana y rica”, asegura.
La inversión para cultivar bajo hidroponia es grande, avisa Carlos. Se requieren invernaderos, media sombra, extractores que mantengan la humedad y la temperatura bajo control, sensores en los tanques que midan el alimento que reciben las plantas y que mantengan su PH nivelado y la dependencia de la electricidad ya que hay que alimentar a las bombas que mueven el agua.
En cuanto a las semillas, Lisanti lamenta que aquí no haya buena calidad y deban importarlas. “Tristemente debo decir que el 100% son importadas porque acá no hay semillas nacionales de un nivel de calidad en cuanto a poder germinativo. Todo lo que ves acá es de origen holandés, italiano, norteamericano y brasilero, países que están mas avanzados en semillas hibridas”.
“No es algo masivo la hidroponia aún en Argentina pero hay mucho interés y se dictan muchos cursos para aprender a hacer un mini sistema hidropónico porque ahí ,en donde tengas cuatro metros cuadrados y cuatro horas de sol podés hacerlo”, concluye Lisanti.
En Del Agua Venimos integran una red de organizaciones que se ocupan por el cuidado del medio ambiente, adoptando las reglas de ahorro de energía, consumo responsable de agua y separación de residuos reciclables.
Incluso utilizan bolsas de empaque de sus productos 100% biodegradables y confeccionadas a base de almidón de maíz, recolectan el agua de lluvia, realizan compostaje con desechos orgánicos y emplean las 3R de la ecología: Reducir – Reutilizar – Reciclar.