Recientemente se lanzó la Exposición Angus de Otoño 2024, que volverá a realizarse con el formato indoor como en las últimas ediciones, en el predio que tiene la Sociedad Rural Argentina en el barrio de Palermo.
Durante la presentación del evento entrevistamos a Carlos Fernández, vicepresidente de la Asociación Argentina de Angus, con quien hablamos –entre otros temas- sobre lo que implica para los productores contar con la identificación individual y electrónica de los animales.
Fernández puede dar cuenta del asunto porque además de ser el titular en Argentina de la Cabaña La Rubeta, tiene un establecimiento ganadero en Uruguay donde hace ya varios años se aplica el sistema.
“En Uruguay estamos produciendo hace 10 años, y desde hace 7 u 8 que se trabaja con la caravana electrónica que tiene varios beneficios. El primero es contar con la trazabilidad de cada animal en un chip que se lee a través de un bastón cuando este pasa por la manga. Ahí se obtienen todos los datos desde su nacimiento, cuál es el pedigree, datos de sus padres, en qué lote está, de cuál vino, con qué grupo de animales estuvo, cuánto pesa, cómo convierte alimento en carne, tenés todo”, dijo Fernández a Bichos de Campo.
Para el criador, esta herramienta facilita el manejo de la hacienda que sufre menos estrés, porque se la molesta mucho menos. Además, el productor cuenta con mucha más información que facilita la toma de decisiones.
Respecto del costo de la caravana dijo: “En Uruguay ya lo tienen incorporado y ni se habla del tema. Ronda los 3 dólares por animal, no es un monto significativo. En 100 vacas en Argentina son 300.000 mil pesos”.
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Fernández está convencido de que esto es un paso más en el proceso de transformación de las prácticas pecuarias, hacia un sistema en el que se facilite el trabajo a campo, gracias a la incorporación de tecnología que permita hacer ganadería de precisión.
“El trabajo de campo no es sencillo. Todo lo que podamos ir hacia tecnología de avanzada, todo lo que podamos informatizarnos es clave y puede tener un costo mínimo. Además tiene beneficios, como decías, en pasar menos veces al animal por la manga, porque vos ya tenés cierta información. Eso ayuda muchísimo”, indicó el ganadero.
“Cuando ese animal salió del cejo ya podés tomar una decisión. Sabés si sigue, si no sigue, y le das un destino. No dejás de observarlo pero vas a ser mucho más preciso en las decisiones con estas herramientas tecnológicas”, añadió.
A Fernández también le consultamos por la posición que tiene respecto del debate en torno a la posibilidad de que más laboratorios puedan ofrecer la vacuna contra la aftosa.
“Mi opinión personal es que tiene que tener precios competitivos. La llegada de más vacunas de parte otros laboratorios lo tomamos con gran beneplácito porque no es justo que muchas veces se pague un precio dos o tres veces más arriba que en países limítrofes. Y además tenés el tema de la colocación de las vacunas. Creo que en algunos casos se están pasando un poquito con los valores, los importes y eso es lo que hay que ir equilibrando. Como se está laburando a nivel país, hay que poner los valores reales que tienen las cosas”, afirmó.
Llegó la hora de modernizarse y que el país ingrese en el concierto de las naciones del mundo.
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No es lo mismo un cabañero que un criador, un campo con 500 o más cabezas que uno de 80. Hay muchas cosas que hacer antes que exigir un costo más a todos por igual
Estoy harto de las pelotudeces y los cambios constantes organizados por imbéciles que ocupan un escritorio y no han criado un simple conejo. Quieren emular a Suiza y aquí tenemos una economía peor que la de Ruanda. Tan harto estoy que antes de julio líquido la totalidad del rodeo. No puede ser tan imbéciles carajo, es un palo en la rueda atrás del otro.