Mientras que el agro –el mayor generador genuino de divisas de la economía argentina– sigue con “la ñata contra el vidrio” al momento de esperar reducciones de impuestos y aranceles, otros sectores tienen un poco más de suerte.
“Con el objeto de mejorar la competitividad e impulsar el crecimiento del sector automotriz, lanzaremos una rebaja de aranceles e impuestos que beneficiará a este sector”, anunció hoy el ministro Luis Caputo por redes sociales.
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“Se mantendrá además la exención de derechos de exportación para las exportaciones incrementales que estaba vigente desde 2021 y se sistematizará y digitalizará el régimen de Reposición de Existencias (Repostock)”, indicó.
El primer beneficio, implementado por el gobierno de Alberto Fernández y que había expirado a fines del año pasado, contempla retenciones cero para las exportaciones incrementales considerando como base las ventas realizadas en 2020.
En cuanto al Repostock, la digitalización de las operaciones permitirá discriminar las piezas y componentes importadores que se destinan a elaborar autopartes que luego se incorporan a automóviles que se exportan, de manera tal que los mismos no abonen aranceles (lo que se seguirá aplicando para los vehículos comercializados en el mercado interno).
“Estas medidas permitirán que los proveedores vendan partes a las terminales con una rebaja de aranceles e impuestos y que se genere una caída en el costo de las autopartes nacionales con destino a exportación”, remarcó Caputo.
El ministro también anunció que los aranceles de moldes de metal usados por la industria automotriz pasarán del 35,0% al 12,6%, mientras que los moldes de inyección plástica pasarán del 24% al 12,6%.
Adicionalmente, a partir de junio se homologarán los ensayos de Licencias para la Configuración de Modelos (LCM) con Brasil para que no sea necesario duplicar aquellos ensayos que ya están reconocidos por el país vecino y viceversa (una medida que tiene costo cero y gran impacto).
Los beneficios anunciados para el sector automotriz contrastan con la falta de políticas destinadas al sector agropecuario, que debe afrontar un arancel de importación del 17,5% para agrinsumos y sigue sujeto a las regulaciones infernales implementadas durante el régimen kirchnerista.