Finalmente, la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinara Agrícola (Cafma) tiene un nuevo presidente. Luego de que Néstor Cestari anunciara que no renovaría su designación al frente de la entidad industrial, Eduardo Borri, su vicepresidente, tomó el cargo. Y mientras el sector atraviesa un período más que favorable, con un crecimiento constante que se sostiene desde el año pasado, el flamante nuevo dirigente se prepara para lograr un mejor posicionamiento internacional.
Hoy Cafma nuclea a 1200 empresas (95% de ellas instaladas en localidades de menos de 50.000 habitantes) que tienen alrededor de 27.000 empleados directos y casi la misma cifra de indirectos.
“Es así porque es un sector muy dinámico, que requiere de muchos servicios. Y significa una gran responsabilidad social porque somos actores muy importantes de la sociedad. Cuando el sector crece, todo el mundo crece. Cuando la economía se retrae, somos extremadamente conservadores con nuestra gente. No despedimos, no suspendemos y esa es una ley de último recurso siempre”, señaló Borri a Bichos de Campo.
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-¿Se sienten campo o industria?- le preguntamos.
-Nosotros somos industriales, pero también creo que meterse en una antinomia de campo versus industria no sirve. Estamos uniendo el campo con la ciudad y necesitamos a nuestros productores y clientes contentos, porque son quienes nos permiten monetizar nuestros desarrollos. Los necesitamos a la hora de mejorar nuestros productos.
En ese marco, Borri suele fantasear con la idea de un “Agro Valley”, un juego de palabras que remite Silicon Valley, una de las principales áreas de desarrollo tecnológico mundial. “Argentina tiene todos los condimentos para ser un vector de crecimiento relacionado al agro. Hay una tarea que hay que hacer de ganar competitividad aun en situaciones adversas para la competencia; el mundo tiene que ser nuestro mercado. Si creemos que sólo la Argentina es nuestro mercado, no vamos a ser competitivos porque la escala es pequeña”, sostuvo el dirigente.
Pero entre los condimentos existentes –las empresas, los trabajadores capacitados, la tecnología y la capacidad de responder a las demandas emergentes-, el que hay que reforzar es de la estabilidad, un factor que, según Borri “es una construcción colectiva”.
“Si en lugar de ser ciudadanos de Marcos Juárez nos convertimos en ciudadanos del mundo, con intereses en el mundo, eso también nos dará estabilidad”, afirmó.
-Esa mirada aperturista, ¿no es contradictoria con el proyecto de Cafma que pide de identificación, defensa y resguardo de la industria nacional en maquinaria?
-Primero tengo mezclado importados y nacionales, en donde estoy tratando a los importados como si fuesen nacionales. Yo no tengo nada en contra del importado. Lo que me parece es que no podemos financiar al importado como financiamos al nacional porque cuando vamos a Brasil nadie nos financia fabricando acá.
Y a continuación agregó que “el mundo no tiene la penalización de las transacciones como las tenemos nosotros. Acá tenemos cargas impositivas, ingresos brutos y, en cada paso que tenés que dar, tenés que pagar impuestos. Es un sistema muy poco competitivo”.