Los administradores de fondos especulativos que negocian contratos agrícolas en el CME Group (“Chicago”) no sólo liquidaron esta semana todas las posiciones “vendidas” en contratos de soja, sino que además comenzaron a construir “apuestas” alcistas en la oleaginosa.
El martes de la semana pasada –según datos publicados hoy viernes por la Commodity Futures Trading Commission– la posición neta de los fondos agrícolas en futuros y opciones de soja pasó a terreno positivo, algo que no sucedía desde diciembre de 2023. En lo que respecta a maíz, las posiciones netas “compradas” siguieron subiendo hasta el nivel más elevado desde octubre de 2022.
Las posiciones netas surgen de la diferencia entre las posiciones compradas (“long”, que fijan un precio techo y por ende apuestan a un mercado alcista) y las posiciones vendidas (“short”, que fijan un precio piso y por lo tanto apuestan a un mercado bajista). Tales registros se difunden con algunos días de retraso para evitar que tal información impacte en las cotizaciones de granos.
Uno de los fundamentos presentes en ese cambio de tendencia es la situación presente en la Argentina, país que, además de estar atravesando una sequía en regiones agrícolas clave, registra distorsiones macroeconómicas que licúan los precios internos de la soja y conspiran contra la dinámica de la comercialización del poroto.
Alerta general: El 21% del área de soja argentina se encuentra en condición mala a regular
El otro factor en el cual se sustenta el optimismo es que el nuevo marco regulatorio del régimen de promoción de biocombustibles de EE.UU., que comenzó a regir este año (conocido como 45Z), no contempla conceder créditos fiscales al biodiésel elaborado con aceite de cocina usado proveniente del exterior (especialmente de China), lo que implica que el consumo interno de aceite de soja con destino a ese propósito debería crecer de manera sustancial.
Por otra parte, este viernes el presidente electo de EE.UU., Donald Trump –quien asume este 20 de enero–, aseguró que está dispuesto a negociar con el gobierno chino, lo que generó una expectativa favorable en el ámbito agroindustrial estadounidense, donde se teme que una nueva edición de la “guerra comercial” con la nación asiática genere represalias comerciales que perjudiquen al sector (tal como ocurrió entre 2018 y 2019).
Esas variables, por el momento, parecen compensar la posibilidad de que la cosecha brasileña de soja –que está comenzando a recolectarse– termine siendo colosal en el presente año, algo que, por las características de infraestructura y logísticas presentes en Brasil, garantiza un aprovisionamiento constante de poroto a partir del próximo mes de marzo.
Un inesperado mensaje de Trump brindó un impulso alcista al precio de los granos en Chicago