Con las últimas lluvias, la cosecha de trigo parece estar garantizada. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) esperan 20,4 millones de toneladas, aunque no descartan que pueda llegar a 21 millones.
Este récord se encontraría con un escenario mundial de precios altos y con posibilidades de subir más. Pero el escenario local es bien diferente por la intervención del gobierno sobre las exportaciones del cereal, considerado como “un bien cultural” por su implicancia en los costos internos de los alimentos. Esta situación genera distorsiones de precios que, según el analista Agustín Baqué, podrían ser mayores en los próximos meses.
Escuchá la entrevista con el analista:
En primer término Baqué destacó el buen contexto global. “En trigo, si uno mira la relación stock-consumo sobre todo en los países exportadores, la situación es tensa por la gran demanda que surgió desde medio oriente y desde el norte de África. El trigo es un producto político, con lo cual hay países queriendo cubrir posiciones. A eso se suman los problemas de exceso de lluvias en Australia, en el periodo de cosecha de cebada y trigo”.
El contexto da plafón a los mejores precios pagados internacionalmente por el cereal. Esa suba debería ser una buena noticia para la Argentina, pero la verdad es que preocupa a un gobierno local que insiste con la incidencia del cereal en la formación de precios de muchos alimentos. Por eso decidió frenar tácitamente las autorizaciones de exportaciones.
“Argentina estaba posicionado como abastecedor clave en primer semestre de 2022, pero nos encontramos con un gobierno que no habilito nuevas exportaciones y eso genera distorsiones entre el precio FOB y los que reciben los productores. (Esa diferencia) está en 5 dólares, pero creo que más adelante puede ser mayor. Ya lo vimos este año cuando también se cerraron las exportaciones y la diferencia fue de 20 dólares por tonelada”, indicó Baqué.
El analista consideró que el trigo es “un producto riesgoso para la comercialización”, que puede “generar un fuerte dolor de cabeza”. Por eso consideró que “hay que ser muy agresivo con las ventas forward, ya que el mercado paga un ‘spread’ (diferencial) si vendés en marzo, abril o mayo”.
“Además creo que el gobierno en algún momento va a acelerar la devaluación del tipo de cambio oficial, lo que también sería beneficioso para el productor”, evaluó. Y recomendó analizar también “comprar puts en el mercado a término”.
En cuanto a la cebada, el especialista explicó que “el escenario es todavía más tenso que el de trigo”.
“Tenemos una relación stock/consumo de las más baja de la historia a nivel global y en los países exportadores. China va a depender más de nuestro abastecimiento por el conflicto con Australia y eso en un año en el que falló la cosecha en Canadá y Francia. Por eso el primer semestre será alcista para este producto”, indicó.
Los precios de este cereal son muy buenos: “La forrajero cotizó (el viernes) en Necochea a 250 dólares, y la variedad cervecera a 280 dólares. Pero tiene de corto plazo para subir 10/20 dólares más”, se jugó.
La cosecha de cebada pinta también muy bien. Se estima en 5 millones de toneladas y la calidad se presume será buena. En estas condiciones, Baqué concluyó que: “como productor soy vendedor de trigo y espero a vender la cebada en abril o junio, ahí el escenario será muy interesante”.