El Ministerio de Agricultura de Brasil abrió una consulta pública para modificar el estándar de calidad de comercialización de soja que implica segmentar el producto en tres categorías.
La primera categoría (Grupo I) considera a la soja producida para consumo humano directo, mientras que la segunda (Grupo II) comprende la producción destinada a la elaboración de harina, pellets y aceite de soja, biodiésel y alimentos para consumo humano
La última categoría (Grupo III) comprende a la soja para “usos especiales”, entre los cuales se incluyen producciones de soja con niveles de aceite superior al 20% y de proteína mayores al 40%.
Este último grupo corresponde a las partidas de cultivares especiales que se realizan bajo contrato con industrias, de manera tal que los criterios de comercialización propuestos son muy laxos para no interferir en las especificaciones contractuales.
El caso inverso es el correspondiente a las partidas de soja para consumo humano directo, que, con el nuevo esquema, pasarían a tener exigencias muy elevadas, como un máximo de tolerancia del 2,0% para granos ardidos/fermentados y hasta un 4,0% para granos verdes.
En lo que respecta a la soja del Grupo II, se determina cinco categorías de calidad, de las cuales la más elevada es aquella que cuenta con hasta un 4,0% de granos ardidos/fermentados, hasta 1,0% de quemados y de materias extrañas y hasta un 8,0% de granos verdes. La humedad base de comercialización se establece en un 13,0%
La categoría más baja de calidad corresponde a partidas de soja con 10,01% a 12,0% de granos ardidos/fermentados, de 4,01% a 5,0% de quemados y de 14,01% a 16,0% de granos verdes. Para materias extrañas se mantiene el máximo de tolerancia de hasta 1,0%. Foto @rallydasafra