Desde la Estación Experimental del INTA en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, fomentan un modelo de engorde a corral al que llaman “feedlot ecológico”. Tiene un manejo diferente al de los feedlots tradicionales. Si bien el sistema sigue siendo de ganadería intensiva, este esquema se basa en la premisa de brindar un mayor bienestar a los animales. “Cuando uno le mejora las condiciones, aumenta la conversión en kilos”, sostuvo María Eugenia Munilla, investigadora del esa experimental.
Munilla reconoció a Bichos de Campo que el nombre de “feedlot ecológico” es algo exagerado pero apunta básicamente a llamar la atención, ya que no es ni una cosa ni la otra. La gran diferencia con los engordes tradicionales radica en la superficie destinada por animal. “En vez de 10 metros cuadrados, le asignamos de 100 a 200 metros cuadrados. Además vamos rotando los animales en diferentes parcelas evitando la excesiva orina y bosteo, y el consecuente barro”, describió Munilla.
Por otro lado, el “feedlot ecológico”, propone una alimentación en base a un comedero de autoconsumo, que se puede mover según donde esté la hacienda. “Este sistema puede durar hasta una semana o diez días sin necesidad de volverlo a recargar, teniendo en cuenta un comedero de 50 toneladas para un lote de 100 animales”, contó la especialista del INTA.
Mirá el Informe sobre el Feedlot Ecológico Rotativo Integrado que analiza el INTA.
Munilla desacreditó la creencia de que los bovinos “comen más bajo esta modalidad”. Dijo que “por el contrario, al conocer que tienen el alimento disponible todo el día se administran mejor sin darse atracones. Por ejemplo ahora con calor, prefieren comer temprano y a la tardecita, siempre cuando lo deseen”, destacó.
Aquí la entrevista completa con la técnica del INTA Concepción del Uruguay:
En cuanto a los resultados que pueden obtenerse, explicó que la ganancia diaria de peso anda alrededor de 1,1 a 1,2 kilos por animal, pero cabe tener en cuenta que el costo del manejo es mucho menor a un feedlot tradicional, que requiere personal para alimentar, dos a tres veces al día, un patio de comidas bien dispuesto, además de la maquinaria específica para distribuir las raciones.
Por último, Munilla destacó que el bienestar animal es algo que se percibe bajo este sistema y que la sociedad demanda estos modelos para el futuro. Algo tangible es la menor incidencia de enfermedades en el rodeo. “Nunca tenemos enfermedades respiratorias, que son producto del barro y el hacinamiento”, destacó.