Basándose en las estadísticas trimestrales del Banco Central, el Rosgan, histórico mercado ganadero, puso la lupa sobre la situación financiera de las empresas ganaderas en relación con los pasivos contraídos con entidades bancarias, mientras la actividad atraviesa un buen momento productivo.
Al 30 de junio, los préstamos otorgados al sector de cría bovina -excepto cabañas- mostraron un incremento del 23% anual medido en dólares, alcanzando un pasivo equivalente a USD 1.048 millones. En los primeros seis meses del año, los saldos en pesos aumentaron un 11%, mientras que en moneda extranjera el incremento fue del 67% anual.
El contraste interanual es más marcado aún: en junio de 2024 el sector debía USD 564 millones, por lo que el saldo actual prácticamente duplica ese nivel. Dentro de ese aumento, el mayor salto se dio en las operaciones en moneda extranjera, que pasaron de USD 126 millones a USD 307 millones, lo que representa un crecimiento del 144%.
En este contexto, la proporción de deuda en dólares sigue ganando peso. Hoy 29% de los saldos adeudados corresponde a este tipo de operaciones, frente al 22% de un año atrás. Según el Rosgan, la baja de tasas en dólares —que pasaron de un rango del 10% al 15% a niveles de un solo dígito— incentivó la toma de este tipo de créditos.
De todos modos, los préstamos en moneda local continúan siendo mayoritarios: representan cerca del 80% del total. Al cierre de junio, los saldos en pesos equivalían a USD 741 millones, frente a los USD 438 millones de un año atrás, es decir, un aumento del 69% interanual.
El informe aclaró que el dato central no pasa por el crecimiento del endeudamiento, que en ciertos contextos puede ser una señal de dinamismo empresarial, sino en el costo de ese financiamiento. La tasa promedio a la que accedían las empresas ganaderas en pesos rondaba el 47% anual, unos 10 puntos por encima del nivel vigente un año atrás.
A esa presión se sumó, en las últimas semanas, el desarme de las Lefis, que aceleró la suba de tasas y derivó en un encarecimiento general de todo el crédito disponible.
“Esta suba no solo impacta en la toma de nuevos préstamos, sino que afecta fundamentalmente al resto de los instrumentos habituales con los que operan diariamente las PyMEs, como tarjetas de crédito, descuento de cheques o adelantos en cuenta corriente. No afecta solamente a la inversión, sino que encarece de manera directa el costo de financiamiento necesario para sostener la operatoria diaria de las empresas relacionadas con el sector”, advirtió el Rosgan.