La empresa brasileña TMG (Tropical Melhoramento & Genética Ltda) tiene un origen bastante parecido al de la argentina Bioceres, que está hoy en el ojo de la tormenta por el rechazo del gobierno a su trigo transgénico HB4. Radicada en Matto Grosso do Sul, esta firma brasileña nació por iniciativa de un grupo de investigadores y de productores de esa región interesados en el mejoramiento genético de los cultivos de soja y algodón. Como Bioceres, fundada en 2001 por un grupo de 21 productores interesados en apoyar los desarrollos en biotecnología que surgían de la universidad pública y el Conicet.
“Somos daqui, somos brasileiros, entendemos nossa terra e nossa gente como ninguém. Sabemos que o Brasil é grande e cada região tem suas particularidades, por isso desenvolvemos materiais com foco regional”, dice la empresa TMG en su página institucional. Y por eso, porque son de allí y conocen la idiosincrasia local, los socios argentinos de Bioceres (que ahora son 300, entre productores e inversores) decidieron recurrir a ellos para intentar torcer la historia de su trigo transgénico resistente a la sequía.
“Bioceres informa que avanza con el proceso de desregulación del trigo HB4 ante la CNTBIO (Comisión Técnica de Bioseguridad, dependiente del Ministerio de Ciencia de Brasil) y que, por disposiciones del organismo regulador, en el mes de marzo se hará efectiva la solicitud en alianza con la empresa TMG”, indicó un comunicado de prensa de la empresa argentina.
Con este paso, quedó claro que Bioceres aceptó la decisión del gobierno argentino de no aprobar ese evento transgénico, que sería el primer trigo modificado en el mundo, hasta tanto se logre también una aprobación semejante en los países que importan el cereal de la Argentina. El país produce unas 19 millones de toneladas de trigo convencional y solo consume 6 millones. Sobran 13 millones de toneladas que se exportan y un 40% de ese volumen se destina a Brasil. Por eso lo que pase allí será clave.
Bioceres dará formalmente ese paso en marzo. En su comunicado explicó que “la presentación final se dará luego de dos años de conversaciones con reguladores y especialistas del vecino país, que incluyeron la creación de un comité de bioseguridad y la presentación de un estudio expandido de heredabilidad”. También destacó que ha cumplido con toda la legislación brasileña para la aprobación de nuevos transgénicos. Recientemente la CNTBio aprobó otros dos OGM controversiales, una variedad de poroto y otra de caña de azúcar.
“Con este paso en Brasil, el principal mercado histórico del trigo argentino, Bioceres culmina una primera etapa en su estrategia internacional de desregulación del evento en trigo, que incluyó también presentaciones en Paraguay, Uruguay y Estados Unidos, y da inicio a una segunda etapa, que se desarrollará durante 2019 e incluirá Bolivia, Colombia y Chile”, indicó la firma argentina.