Cuando Fabián Díaz y Julián Etchegoyen firmaron su acuerdo de cooperación, lo que hicieron en realidad fue ponerle el sello a una historia que empezó hace ya 2 años.
El vínculo entre la empresa productora de biológicos Koopert y la especializada en coadyuvantes Tropfen, que oficializaron sus directivos, es ya una suerte de matrimonio que tiene un único gran objetivo: Colaborar con sus tecnologías para mejorar las aplicaciones de biológicos, lo que tal vez ha sido uno de los puntos más débiles de estos insumos.
Y es una suerte de matrimonio porque ambas empresas se encontraron ante una necesidad común y detectaron que sus propuestas se complementaban. “Nosotros trabajamos muy fuerte en lo biológico, pero si después está mal aplicado, la efectividad del producto es menor. Por eso buscamos gente que sabe de eso”, explicó Díaz, en relación a su nuevo socio.
Hace tiempo que los biológicos se postulan como el futuro del agro, pero hasta ahora esa posibilidad todavía se encuentra con resistencias en la cultura productiva. Eso es algo con lo que Fabián lidia hace tiempo como directivo de Koppert, y por eso señala que hay un “statu quo” por vencer en cierto sentido, de fórmulas y recetas muy instaladas.
Lo que lo hace aún más difícil es que, salvo por las resistencias ya detectadas, los productos químicos demuestran ser muy eficaces y, al menos en el imaginario social, más sencillos en su aplicación.
Eso es algo que, en parte, discuten desde la firma holandesa. “Aplicar un biológico no es más difícil que aplicar un químico, sólo que no hemos hecho un buen trabajo explicándolo y haciendo docencia”, opina Díaz.
Sin embargo, Etchegoyen -cuya empresa, Tropfen, ha trabajado históricamente en la elaboración de coadyuvantes para agroquímicos- sí reconoce que tienen “ciertas particularidades en su modo de uso”, que hace necesario, justamente, el matrimonio que acaban de sellar.
“Hay que elegir el marido coadyuvante ideal para la novia biológica”, ilustró Díaz, que igual advierte que, a diferencia de lo que sucede con los productos químicos, formar esa pareja demanda mucho trabajo e investigación.
En definitiva, se está trabajando con insumos a base de microorganismos vivos, a los que otro producto debe potenciar sin afectarlos en su composición o rendimiento. Y son parejas que no se forman de una vez y para siempre, sino que varían de acuerdo a cada una de las necesidades.
Por el momento, el acuerdo entre ambas empresas propone que Tropfen proveerá de 2 coadyuvantes específicos a Koopert, que prometen hacer más efectiva esa aplicación.
Mirá la entrevista completa:
“Las herramientas biológicas han venido a complementar muy bien las herramientas químicas con una eficiencia muy similar en algunos casos”, observó Etchegoyen, que tiene la experiencia de haber trabajado con ambas tecnologías.
Claro que eso es una base prometedora para la industria, desde donde reconocen que se ha avanzado mucho, pero que queda un arduo trabajo por hacer si lo que se busca es, justamente, ser el futuro. “Aún falta profesionalización en las aplicaciones en general y en los biológicos en particular”, observó el directivo de Tropfen.
La sinergia, en marcha hace ya 2 años pero que acaba de ser oficializada, promete mostrar sus primeros lanzamientos en la próxima campaña gruesa. Sin embargo, más allá de este particular acuerdo, no descartan que a futuro pueda seguir colaborándose para fortalecer el vínculo entre coadyuvantes y biológicos y formar más matrimonios.
“Somos dos empresas similares con perfiles similares, con propósitos similares y que de alguna manera tenemos como objetivo la innovación del productor”, concluyó Etchegoyen.