El gobierno de Javier Milei generó diferentes cambios económicos y esto obligó a modificar la forma de ver los negocios y de financiar a las empresas.
En el sector agropecuario se habla ahora a diario de cómo hacer más eficientes a las empresas puertas adentro, y de cómo lograr competitividad mejorando los procesos productivos y comerciales en un escenario de precios muy bajos y costos crecientes en pesos y en dólares. La lógica económica dio un giro total.
Hasta fines de 2023 el control del mercado cambiario y la brecha que había entre el dólar oficial y los alternativos y financieros era tal que todos los actores querían sacarse los pesos de encima. Había mucha expectativa devaluatoria y por eso se buscaban diferentes alternativas de financiación y refugio del capital.
La economía pre Milei había transformado a los negocio productivos en financieros, y entonces no importaba la eficiencia sino la gestión del dinero, de los flujos y deudas. “El productor capturaba renta o margen de la gestión financiera solamente por deber pesos y esperar la devaluación que licuaba en dólares equivalentes ese dólar, eso cambió completamente” dijo el analista y asesor financiero Diego Palomeque.
Desde que el valor del dólar comenzó a marcha a un ritmo más lento que la inflación tomar deuda en pesos comenzó a ser un gran riesgo ya que cada mes se necesitan de más dólares para su cancelación.
“Lo que resultaba económicamente muy beneficioso en el año 2022-2023, hoy es exactamente lo opuesto. Para la agricultura, la deuda en pesos es una mochila llena de piedras. Las tasas en pesos están en torno al 40/50%, contra una devaluación anual del 25% resultan carísimas y hay que evitarlas”, agregó el analista.
Escuhá la entrevista completa:
La Argentina tiene estas cosas, los golpes de timón pueden ser de 180 grados. Lo que hasta hace tan poco era un negocio ahora dejó de serlo y la financiación de las empresas productivas hay que encararla del modo opuesto. Si hasta el cambio de gobierno endeudarse en dólares era una locura, ahora es lo más conveniente.
“Si hay algo que hoy sobra en Argentina son los dólares no prestados en los bancos. El catalizador de todo este proceso ha sido un blanqueo que se desarrolló durante septiembre y octubre. Fue un proceso híper exitoso, donde la masa de liquidez de dólares blanqueadas y esterilizadas por la gente y las empresas superó amplísimamente las expectativas de todo el mundo”, comentó Palomeque.
Luego explicó que con el blanqueó “se esterilizaron más de 20.000 millones de dólares. Hoy el sistema financiero tiene aproximadamente 34.000 millones de dólares de depósitos, más que en el mejor momento del gobierno de Mauricio Macri, en 2017”, de los cuales “hay prestados 9.000 millones”. Por lo tanto, “casi el 75% de los depósitos no están prestados”, agregó.
“La síntesis es un año para financiarse en dólares, es un año para no financiarse en pesos, si uno pudiera elegir”, resumió.
Otro aspecto a tener en cuenta es el plazo de la deuda que se tome, porque así como los golpes de timón en la economía argentina pueden ser muy bruscos, la duración de los planes económicos puede ser muy corta.
“El plazo depende de lo que querés financiar. El fondeo está, se puede financiar capital de trabajo a 12 meses o buscar plazos más largos para inversiones. Con plazos largos se le quita presión al flujo de caja. Hoy el mercado llega hasta los 60 meses en estructuras amortizadas”, comentó el analista.
Y observó: Cuando tomas financiación de largo plazo te evitás la presión de cancelar con la cosecha y se reduce el estrés productivo ante una situación climática o de mercado negativa, estás mejor defendido”.