Federico Zerboni es el presidente de la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (Maizar) y sin duda fue uno de los grandes protagonistas de la vida agropecuaria en 2024. ¿Por qué razón? Porque la chicharrita y las enfermedades que este insecto transmite a los cultivos de maíz provocaron una catástrofe productiva en la campaña 2023/24, con la pérdida de casi 10/12 millones de toneladas de producción, desafiando el conocimiento agronómico que se tenía hasta el momento.
A partir de ese suceso, como entidad de la cadena, Maizar tuvo la responsabilidad de coordinar un grupo de instituciones y organismos que debió dar una respuesta a este desafío en el nuevo ciclo 2024/25. Para hablar justamente del “año que vivimos en peligro”, Zerboni fue entrevistado por el programa Colonia Agropecuaria:
-¿Fue 2024 “el año que vivimos en peligro”?
-Sí, fue así. La campaña pasada fue muy complicada en muchas zonas, con pérdidas totales del maíz. Una plaga que no la teníamos en el radar y no la controlamos, no la monitoreamos. Y tampoco teníamos presente lo que era tener un invierno tan cálido como fue el anterior (se refiere al de 2023). O casi no tener invierno. ¿Cuál fue el efecto de dejar maíz guacho todo el año en el campo? Que una población de chicharritas que siempre se muere en el invierno por el frío, al no existir ese frío, quedó como remanente muy grande para la campaña siguiente. En muchos lugares nos llevó a puesto ese problema.
-En la campaña 2023/24 se perdieron entre 10 y 12 millones de toneladas de maíz.
-Fue así y además quedó mucha incertidumbre. Yo recuerdo cuando estábamos en el Congreso de Maizar, en mayo, las poblaciones de chicharritas que había en el campo eran impresionantes. Se llegaba a un punto de que no podías hablar o respirar porque se te metían en la boca y en la nariz. Eran poblaciones de hasta mil chicharritas por trampa, se movía el piso. Y no sabíamos en cuánto eso iba a quedar para esta campaña porque nunca había pasado. Gracias a Dios tuvimos un invierno de los de antes, clásico, que reseteó toda la parte agrícola donde sembramos maíz. Esta campaña no tuvimos problemas y tampoco los vamos a tener, porque ya prácticamente estamos terminando la fecha de siembra y sacando dos o tres focos que siempre existieron, en el NEA y NOA, donde siempre estaba esta plaga que es endémica de esa zona, en el resto del país no hay chicharrita.
-¿Ya no quedan rastros?
-Digo esto porque se ven por ahí en los lotes algunas chicharritas, pero hoy que las monitoreamos sabemos que hay más de 15 especies distintas y no todas son la chicharrita que provoca el daño, son primas, hermanas o parientas, no son el Daubulus maidis.
-Justamente: se armó una red de monitoreo muy efectiva, empezamos a medir, aprendimos a mirar el insecto y se hizo un trabajo agronómico en distintas zonas. Han pasado 10 informes desde entonces. En los últimos informes parecía que estaba todo bajo control, pero los más recientes vuelven a hablar de presencia en zonas endémicas. ¿Esto no es para asustarse?
-No. Primero vamos a hablar de las zonas endémicas, donde ya se sabe manejar. Ahí tenemos que evaluar un poco la cantidad de insectos que hay y cuántos de esos insectos están infectados. Hoy las poblaciones que hay son muy bajas, y con un porcentaje de infestación muy bajo también.
-¿Porcentaje de infestación quiere decir que portan la enfermedad spiroplasma y la contagian al maíz?
-Exactamente, las chicharritas que nacen, nacen sanas. Para que esas se contagien y sigan la cadena, tiene que haber una chicharrita enferma que pica un maíz, entonces va después una chicharrita sana, come de ese maíz y se infecta. Ahí empieza el ciclo de infestación. Pero eso también lleva un tiempo largo hasta que se hace una población grande y infectiva. En este momento los porcentajes de infestación dan 0%,incluso en donde hay una zona endémica, tampoco es que hace daño. Y hay muchas zonas que no hay ni siquiera chicharrita.
-Es para celebrar…
-Yo con esto no quiero decir que haya que olvidarse de chicharrita, no se ha ido la necesidad de monitorear los campos. Es una realidad que cambió, algo que los productores tenemos que saber y aprender, y siempre que tenemos un maíz, hasta que tenga 10 hojas, hasta que esté en B10, tenemos que salir a monitorear. Y si aparece una población grande, hacer una aplicación química. Pero no es el caso que se ve en este momento en casi todo el país. En las zonas endémicas sí hay, pero no más que eso.
-¿Ustedes están recomendando volver a sembrar maíz tardío este año?
-En lugares en los que no no hay chicharrita, no hay por qué no sembrar maíz tardío. Al contrario, hoy se está sembrando más maíz tardío. ¿Por qué? Porque el productor, al ver que no hay chicharrita, y al comparar el margen de las sojas, que es muy malo por la caída del precio, el margen de maíz es muy superior. Por lo menos no perdemos plata. En la soja con el 33% de retenciones, el número es catastrófico. Por lo tanto ya hay una superficie de 300 a 500 mil hectáreas que se incrementó la siembra de maíz de las proyecciones que había. Hay buena humedad, no hay presencia de chicharrita, y el margen es mejor al de la soja. Por lo tanto hoy no hay ningún motivo para no sembrar maíz.
-¿Ni siquiera en las zonas endémicas?
-Como te dije antes, en las zonas endémicas la población es muy baja, y además de aparecer, hoy sabemos cómo hacer el control químico para eliminar este insecto.
-Me acuerdo que cuando en el pico de la emergencia, en abril/mayo de este año, se buscaba con desesperación agroquímicos que no estaban autorizados, o bioinsumos que podían ser eficaces, o semillas más tropicales que pudieran presentar resistencia a spiroplasma. ¿Es necesario continuar esa búsqueda de respuestas o pasó la emergencia y nos olvidamos?
-Yo creo que sí. Igual los productores sabemos que no hay situaciones iguales, pero tampoco nadie quiere volver a pasar lo que pasó en el pasado, por lo tanto tenemos que rever un poco la siembra de germoplasma templado en zonas tropicales. Las empresas aprendieron mucho, están hoy generando muchos más materiales tropicales, o templados también con resistencia a spiroplasma. Esta serie de productos que están aprobados ya los tenemos en carpeta, así que se pueden usar. Y esta red de monitoreo no va a terminar ahora, sino por lo menos por tres años, ya que tenemos que seguir viendo la evolución de la población durante el otoño, durante el invierno, conocer mejor, sacar datos. Ahora ya aprendimos, sabemos que es un rol fundamental el que juega la naturaleza en el invierno, reseteando, matando todo este maíz guacho, que es el que hace el puente verde para que el insecto pase de una campaña a la otra.
-En algún momento se sugería mucho a los productores verificar que no quedara maíz guacho en los lotes, ¿te parece que cobró conciencia el productor a nivel individual en este aspecto? ¿Hizo el control como debía?
-No sé si tanto. Yo creo que más lo hizo la naturaleza, porque se vino de un invierno de muchas heladas, que hizo doble efecto. Mató a todo el maíz guacho, fue muy largo el periodo de heladas. Y también mató a la chicharrita, al adulto que con 5 grados bajo cero muere. Y después vino la sequía de primavera, que también hizo que no naciese maíz guacho, y que se retrasase mucho la siembra en muchos lugares, lo que estiró mucho el periodo sin maíz. Gracias a Dios, porque estábamos muy preocupados nosotros a ver tanto maíz guacho, que no se controlaba, pero bueno, zafamos…
-Como presidente de Maizar, ¿qué te queda de aprendizaje de toda esta crisis, que fue muy intensa?
-Como trabajó la cadena en conjunto, ante la crisis, en eso siempre los argentinos somos muy de poner el pecho, y en muy poco tiempo se armó una red de 450 centros, capacitando a la gente, instalando las trampas, analizando con gente muy capaz que tenemos, aprendiendo de otro país, de Brasil, todo eso. Cuando tuvimos un problema, pusimos todos juntos y tiramos todos juntos del carro, y lo hicimos en muy poco tiempo, con mucho esfuerzo, y con unos informes que realmente fueron muy buenos.
-…
-Y lo otro es, bueno, es no dormirse. Tenemos que salir más al campo. Se puede sembrar más, pero antes te olvidabas. Ahora hay que monitorear y estar muy encima, más ahora con los números tan justos.
-Todavía puede modificarse la superficie de siembra, todavía queda tiempo para sembrar maíz, ¿Va a haber maíz de sobra en 2025, entonces?
-Siempre hay maíz de sobra, nunca iba a faltar maíz en Argentina, que produce 50 millones y consume 20. Por lo tanto siempre va a haber maíz porque tenemos más que el doble de producción, y el maíz es un cultivo rústico, consume menos agua que la soja y siempre tiene un piso de rendimiento un poco mayor que la soja. Así que maíz va a haber. Esperemos que haya mucho, y que también incrementemos la producción de maíz a futuro, para transformarlo más en el interior del país, generando mucho valor agregado, que es lo que hace esta cadena.