Mientras el Gobierno de Misiones anunció un nuevo esquema de precios para la actividad tealera que, según la versión oficial, busca dar “previsibilidad” al sector, los pequeños productores advierten que la situación en las chacras sigue siendo crítica. Al momento hay cosechas ya entregadas que aún no fueron pagadas, fuertes pérdidas por plagas y valores que, aseguran, llegan tarde frente a la inflación de costos.
Desde Campo Viera, Karina Gural, productora de té, describió el escenario que atraviesan los pequeños colonos: “Es una situación difícil la que estamos atravesando los pequeños productores. Tenemos que trabajar solo en la chacra, no podemos poner personal. No se cobra del té”.
Según explicó, el precio del té venía congelado desde fines de agosto en 95 pesos por kilo de hoja. “Desde que se fijó el precio del té, no se actualizó. En ese tiempo subió el dólar, subieron los combustibles y nadie actualizó nada”, remarcó. Cuando se fijó ese valor, el dólar estaba en torno a los 1.290 pesos; en la última reunión de noviembre ya superaba los 1.420, y actualmente ronda los 1.500.
Gural también confirmó que la situación productiva se agravó por problemas sanitarios: “Hay una pérdida importante en la primera cosecha por el ataque del ácaro. En mi caso, perdimos entre el 30 y el 35% de la producción”. A eso se suma que la primera cosecha, realizada el 3 de noviembre, todavía no fue cobrada: “Todavía no hay ni un pago, no hay fecha de cobro, y eso es muy preocupante”.
Además, la productora cuestionó las dificultades para participar de las instancias oficiales de discusión del precio. “Se piden reuniones presenciales porque no tengo señal, no tengo internet ni WiFi. Me es imposible participar de reuniones virtuales”, señaló.
A esa fragilidad interna se suma el escenario externo: el té argentino compite en los mercados internacionales con países que producen a escala mucho mayor y con costos significativamente más bajos. Kenia, uno de los principales exportadores mundiales de té, marca el pulso de los precios internacionales con una producción intensiva, alto volumen y fuerte respaldo logístico. Esa competencia presiona directamente sobre los valores de exportación que reciben las industrias locales y termina ajustando, hacia abajo, la capacidad de pago al productor misionero.
En este caso, casi el 70% de lo que se exporta va a Estados Unidos, donde el té de Kenia está entrando a valores más bajos, dejando fuera de la cancha a la Argentina, generando la punta del iceberg que hace crujir toda la cadena hacia adentro, y los que la padecen, como siempre, son los productores primarios.
Como respuesta a estos reclamos, el Ministerio del Agro y la Producción de Misiones y la Comisión Provincial del Té (COPROTE) informaron que se estableció un nuevo esquema de precios para la actividad.
Según la resolución ministerial 121/25, el té elaborado no tipificado tendrá un valor de 650 pesos por kilo, mientras que el Precio Garantía para el brote de té puesto en secadero se actualiza a 100 pesos por kilo de hoja. Este último valor constituye el monto mínimo que debe abonar la industria al productor.
Desde la cartera agraria explicaron que el valor del té elaborado fue consensuado en el ámbito de la COPROTE, mientras que el reajuste del Precio Garantía fue determinado por el Ministerio a partir de información técnica y económica. La norma también incorpora un mecanismo de actualización que tendrá en cuenta la evolución del tipo de cambio, los costos agrícolas e industriales y el comportamiento del mercado interno y externo.
El ministro del Agro, Facundo López Sartori, sostuvo que la suba del precio mínimo se basa “principalmente en la variación del dólar exportador, que mejora la capacidad de ingreso de la industria y permite recomponer el valor mínimo que debe percibir el productor”. También señaló que el esquema prevé una revisión permanente para evitar desfasajes frente a cambios en los costos.
Por su parte, la subsecretaria de Desarrollo y Producción Vegetal, Luciana Imbrogno, aclaró que los 100 pesos por kilo constituyen un precio piso, que no contempla adicionales por certificaciones, manejo de malezas o mejoras de calidad, que se pagan por fuera de ese monto.
Sin embargo, en las chacras el impacto del nuevo esquema todavía no se refleja. “No se está pidiendo aumento, se está pidiendo actualización. Hoy los costos nos superaron completamente”, insistió Gural. La productora también advirtió que, sin ingresos y con pérdidas sanitarias, muchos pequeños productores no pueden sostener la actividad: “No hay plata, no hay previsibilidad real para nosotros”.
Mientras el Gobierno asegura que la resolución busca dar estabilidad a la cadena tealera, los productores reclaman que los pagos se regularicen, que los valores acompañen la evolución del dólar y los costos, y que las reuniones sean accesibles para quienes trabajan en las zonas rurales, donde muchas veces ni siquiera hay conectividad.





