Aunque la Argentina siga dándole la espalda, el mercado de productos de bambú alcanza los 70.000 millones de dólares anuales, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El cultivo se destaca principalmente por su producción de biomasa y sus servicios ecosistémicos. Esto lo ha llevado a cobrar relevancia en el último tiempo, hasta que logró tentar a productores locales para darle una oportunidad.
Después de varios años de investigación y múltiples pruebas, un proyecto podría impulsar por primera vez a la Argentina a ingresar a este mercado inexplorado. Se trata de una iniciativa desarrollada nada más y nada menos que por un ex secretario de Agricultura, Miguel Campos, quién desde 2004 viene trabajando de forma ininterrumpida para consolidar al bambú a nivel local. Los memoriosos recuerdan que el ex funcionario de Roberto Lavagna viajó en cierta ocasión a China, visitó un centro experimental de bambú en ese país y volvió fascinado con las múltiples opciones.
“Lo primero que hicimos fue estudiar qué biotipos podrían funcionar en Argentina, cuáles estaban, cuáles no, cuáles eran nativos y cuáles introducidos. Aquellos que nos servían a nosotros, los tropicales, eran introducidos pero no invasivos. Luego de analizar sus características decidimos importar la especie Bambusa balcooa desde la India, y comenzar su micropropagación en forma conjunta con el INTA y el IPAVE”, contó a Bichos de Campo el ex funcionario.
Luego de la gran #Sequía y el #Fuego reiniciamos la Plantación de #Bambú para completar la 1ra. Microcuenca de Bambú para #CarbónActivado en Misiones
Estamos sumando adherentes.
Ingreso Mínimo = 1 hectárea.
Interesados MD o vía mail a:
msc.bionegocios@gmail.com
No sé la pierdan! pic.twitter.com/uRgGQaRhIq— Miguel S. Campos (@mscampos60) March 26, 2022
El silencioso trabajo demostró que Argentina tenía territorios aptos para desarrollarlo en forma amplia, y comenzó el interés por crear una microcuenca productiva. Dados los requerimientos de agua y tipo de suelo que tiene el bambú, la zona evaluada como la más apta fue la provincia de Misiones, donde actualmente se está realizando la primera implantación a gran escala del país, con unas 100 hectáreas.
“Es uno de los cultivos más sustentables que hay, primero por la captura de carbono. El bambú supera la captura de las 40 toneladas por hectárea por año. También produce 30% más de oxigeno que un bosque forestal, y va generando mejoras en el suelo. Si vos quisieras dejar de producir el día de mañana, ese suelo queda con un sinfín de ventajas que antes no tenía. Es la perfecta complementación de una producción forestal”, explicó Campos.
El proyecto contempla una primera etapa de producción primaria, que se está llevando adelante en dos parcelas de 50 hectáreas, ubicadas en Comandante Andresito y San Antonio, en donde trabajan chacareros locales. Las mismas han sido arrendadas y su implantación involucra la inversión de pequeños productores interesados. La segunda etapa supone la industrialización de la biomasa obtenida, para conseguir subproductos con valor agregado, cuya ganancia será repartida entre los inversores.
“Nosotros queremos que el productor primario también sea dueño de la industria. Queremos que haya participación en la microcuenca pero también en la etapa industrial de valor agregado. El mínimo de participación es de una hectárea. No queremos que venga un gran inversor que compre todo, sino levantar un esquema asociativo en donde cada uno de los participantes tenga también una participación accionaria en la futura planta de procesamiento”, indicó el organizador.
Cada hectárea tiene un valor de 3.000 dólares, y los interesados podrán prorratear su costo y obtener un punto accionario de la planta. Esto les dará prioridad de participación por sobre otros inversores externos.
Ahora bien, ¿qué subproductos se pueden obtener con el bambú? Luego de su maduración, que tarda al menos tres años, se puede realizar un primer corte de varas. La especie elegida en este caso, a diferencia de otras, es capaz de rebrotar todos los años. Teniendo en cuenta que puede vivir por al menos 30 años, con los correspondientes cuidados se podría tener una cosecha continúa y extensiva en el tiempo. El costo de producción por hectárea está entre los 2500 y 3000 dólares, que se cubren con la inversión de los interesados.
Un primer subproducto proyectado dentro de esta iniciativa es el carbón activado, que no tiene ni en Argentina ni en la región un polo productivo fuerte.
“En Argentina prácticamente no existe el cultivo de bambú comercial, y entre los países de la región la mayoría son importadores de este carbón. Eso supone una oportunidad para nuestro país”, afirmó Campos.
La forma de obtenerlo es procesando los chips de bambú que se obtienen a campo (son trozos de caña de dos centímetros por dos centímetros), a los que se trata con temperatura y productos ácidos o alcalinos. Eso genera un primer subproducto en forma de polvo, al que luego se le puede otorgar otra forma dependiendo el uso que se le vaya a dar. Hoy existe un mercado de productos como las máscaras faciales, dentífricos, shampoo y hasta filtros, que utilizan a este carbón como insumo, ya que facilita la adhesión de muchas impurezas y metales pesados.
El otro posible destino para esta biomasa es el pellet de bambú, que se puede emplear en calderas y estufas para generar calor, o en usinas térmicas para generar energía eléctrica.
“Uno proyecta su uso para el norte argentino que no tiene petróleo y que podría servirse de esta fuente de generación de energía”, consideró Campos.
De nuestro archivo: ¿Cambiar tabaco por bambú? Dos fundaciones llevan adelante un proyecto de reconversión para los pequeños tabacaleros de Misiones
Se estima que la implantación de esta microcuenca se completará en el transcurso de este año. Una vez terminada y finalizado el proceso de construcción de la planta de carbón, el siguiente objetivo es crear una segunda cuenca con una superficie mayor, que alcance las 250 hectáreas de bambú.
Hace un tiempo, Bichos de Campo realizó un programa especial sobre el bambú y otras novedosas opciones productivas: