El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, aseguró este miércoles que ya “estamos en condiciones de desembolsar los fondos para asegurar el
precio del trigo” con un elevado subsidios de más de 10 mil pesos por tonelada. Será a través del Fideicomiso Estabilización del Trigo Argentino, que se armó con la excusa de que los pecios del cereal habían subido demasiado debido a la invasión rusa en Ucrania, y que se financiará con la reciente suba de dos puntos en las retenciones a los derivados de la soja.
Feletti convocó a una reunión de todos los sectores interesados en este esquema de subsidios, que actuará directamente sobre las bolsas de harina mayorista que se destinen a su transformación para el mercado interno. Hubo algunos pocos molinos grandes que ya participan del programa de Precios Cuidados, pero también representantes de panaderos, fabricantes de pastas frescas y fideeros.
“El propósito del encuentro fue trabajar en conjunto los detalles para la puesta en práctica del fideicomiso, garantizando así que el impacto de esta herramienta llegue sin inconvenientes ni retrasos a los consumidores finales”, informó una gacetilla de Comercio Interior.
Para que el fideicomiso funcione y sus beneficios sean visibles, los sectores empresarios reunidos con Feletti dijeron que van a “incentivar la inscripción de la mayor cantidad posible actores en esta política”. Se trató de un mensaje por elevación a los molinos harineros, algunos de los cuales están nucleados en la Federación de la Industria Molinera (FAIM) o en la Asociación de molinos Pymes Apymimra. Ninguna de las dos cámaras estuvo representada en esta reunión a pesar de que se supone los que recibirán los subsidios y deberán trasladarlos a la bolsa de harina son los molinos. Sí en cambio hubo representantes de algunas empresas puntuales de ese ramo, como Cañuelas y Molinos Río de la Plata. Son de los molinos más grandes. Pero de los 160 restantes establecimientos que muelen trigo, ni noticia.
“Estamos en condiciones de desembolsar los fondos para asegurar el
precio del trigo”, aseguró Feletti, y les solicitó la máxima colaboración a todos los sectores para poder complementar el esquema que ideó y tenía ganas desde hace rato pero recién puso conformar con el inicio de acciones bélicas y la disparada del precio del cereal. Antes del inicio de la guerra la tonelada de trigo valía unos 25 mil pesos. Luego trepó por arriba de 40 mil. Y se supone que el fideicomiso subsidiará esa diferencia.
“Ante el impacto de la guerra en el valor del trigo, este es un esfuerzo del Estado Nacional para colocar la harina a precios accesibles y mantener el mercado abastecido”, afirmó el secretario, bajo riesgo de que le creciese la nariz por mentiroso. Es que el esfuerzo no ha sido del Estado ni mucho menos. El propio Feletti, en la misma gacetilla, informa que “el financiamiento se realiza a través de la recaudación del diferencial del 2% de los DEX (Derechos de Exportación) de harina y aceite de soja (pasó del 31% al 33%), que representan aproximadamente entre 370/400 millones de dólares”.
“Esta medida alcanza a 11 empresas exportadoras de subproductos de soja, de las cuales 8 representan el 95% del total de las exportaciones”, agregó Comercio Interior, que no menciona a las grandes empresas aceiteras ni elucubra sobre su poder de mercado. Es decir que esa plata posiblemente sea descontada a los productores de soja.
De todos modos, en la reunión, Feletti confirmó que “vamos a tener una trazabilidad de la bolsa subsidiada. El que se descubra que recibió la bolsa subsidiada, pero no respete el precio acordado, será sancionado”, advirtió, recalcando que el subsidio es para el precio final y debe llegar al consumidor.
El funcionario incluso confirmó que las bolsas de harina que se elaboren a partir de los fondos otorgados mediante el fideicomiso serán identificadas con un sello que diga “Producto subsidiado por el Gobierno Nacional”, para garantizar así la trazabilidad y el seguimiento de las mismas.
La Secretaría de Comercio Interior aplicará los fondos para compensar el valor de compra del trigo a los molinos, fijando un precio de referencia de venta para que la harina llegue a las panaderías y a la industria alimenticia a los valores previos al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. No está claro si publicará el nombre de los beneficiarios del dinero. Debería hacerlo.
Los productos alcanzados son las harinas tipo 000, 0000, tapera y semolín. “Los precios subsidiados del pan y derivados de la harina como fideos y galletitas, entre otros llegarán al consumidor final dentro de unos días, cuando la puesta en marcha del mecanismo complete su alcance a cada eslabón de la cadena de comercialización”, informó el organismo.