Como ya lo preveían los informes meteorológicos de las últimas semanas, las lluvias constantes no permiten que se alivie la situación en el centro bonaerense, sino que, por el contrario, han empeorado mucho más la situación de los vecinos y productores, que tienen hoy un cuadro más complejo que el de hace 6 meses atrás.
Quienes se llevan la peor parte son los municipios de Carlos Casares y 9 de Julio, los más comprometidos por las inundaciones que no dan respiro desde el mes de marzo. En esta última localidad, el fin de semana llovieron otros 60 milímetros y, ante la desesperación, avanzan con fuerza las autoevacuaciones en las zonas más complicadas.
Trabajadores que abandonan el puesto del campo a caballo. Una escuela rural que desaloja las aulas y se lleva los animales. Familias que dejan su casa de toda la vida para irse al pueblo. Productores en lancha que hacen lo imposible por ir a ver su ganado.
Si alguien describía este triste panorama hace un año, probablemente no le hubieran creído. Lo mismo sucedió hace ya 2 décadas, con la otra gran inundación que sacudió a la provincia, y que se repita la misma postal pone en tela de juicio cuánto se ha hecho desde lo estructural para evitarlo.
Hoy, ya no se trata únicamente de alcantarillas, caminos o accesos, porque el agua directamente amenaza con ingresar a las casas y cortar las vías de comunicación para conseguir alimentos y víveres. Por eso muchos toman la difícil decisión de irse por sus medios antes de que sea tarde.
Hay que evacuar.
9 de Julio pic.twitter.com/jP7yVSlQcY— Patricia Gorza 🇦🇷🇦🇷 (@PatriciaG9dj) October 9, 2025
Según pudo averiguar este medio, las zonas más comprometidas son hoy las que están al sur de la ciudad cabecera, y es por eso que llegan postales de autoevacuaciones desde Santos Unzué, El Chajá, 12 de Octubre, French y Bacacay. “Se está complicando. No se puede vivir así porque algunos ya tienen directamente el agua dentro de la casa”, explicó a Bichos de Campo el productor Pedro Marra.
Para muchos vecinos, peones y familias, la preocupación ahora es no poder contar con asistencia ante una eventual emergencia o directamente no tener la chance de salir de su campo si la situación sigue empeorando.
Este martes, el Colegio CEPT 15, ubicado en El Chajá, fue finalmente desalojado. Tal como informó el medio local El Regional Digital, el agua ya llegó a unos 2000 metros de la institución y decidieron tomar esa drástica determinación antes de que fuera demasiado tarde. Los alumnos tendrán clases en aulas cedidas por el ISETA, y la mayoría de los animales fueron alojados en la sede de la Sociedad Rural local.
Pero no es gratuito para ellos cerrar la puerta e irse, porque en el colegio quedan a merced del agua muchos proyectos en los que trabajaron con ímpetu el último tiempo, como su biodigestor, el sistema de riego, su huerta y el trabajo de forestación. La suerte decidirá sobre eso, como decide a diario sobre la vida de muchos vecinos de la zona.
Las tormentas de este fin de semana cortaron el tendido eléctrico y dejaron sin luz a gran parte de la zona de French, donde aún quedan productores en sus campos. A pesar del nivel del agua, los trabajadores de la cooperativa local hicieron los arreglos arriba de una lancha y restituyeron el servicio.
“Estamos entrando en el pico de la inundación, los canales están desbordando por todos lados y hasta los primeros días de noviembre esto va a ir in crescendo”, explicó la productora Patricia Gorza, que ha recorrido las zonas afectadas. Se espera que la baja del nivel del agua llegue cuando cesen las lluvias, aunque en esta primavera aún hay previstos otros 250 milímetros extra.
“Es un escenario muy parecido al del 2001, y sabemos que no queda nada. Por eso la gente se va de sus casa y deja todo levantado, y quienes pueden mueven sus animales”, explicó Gorza.
También este fin de semana, mientras muchos no tenían siquiera luz, se llevó a cabo la exposición rural en la sede de la Sociedad Rural de 9 de Julio. Del evento participó la intendenta, María José Gentile, en un almuerzo junto a referentes del sector y los productores que sí pudieron salir de sus campos.
“No tendría que haberlo hecho, se tendría que haber puesto las botas y haber salido a la calle”, apuntó Marra, que no oculta su descontento con la mandataria.
De todos modos, la muestra no pudo distanciarse de la compleja agenda, y, más allá del cronograma propuesto, la noticia fueron en realidad las ausencias de aquellos que salieron perdiendo de esta emergencia hídrica. En varios de los corrales, que estaban reservados para los productores de la zona, había carteles colgados que rezaba “la falta de infraestructura y las inundaciones impidieron retirar los animales del campo”.
Postales de la exposición Rural de 9 de Julio ante las inundaciones. pic.twitter.com/HPvNQzb2Q9
— Patricia Gorza 🇦🇷🇦🇷 (@PatriciaG9dj) October 2, 2025
Días atrás, vecinos de varias localidades aledañas se movilizaron al Palacio Municipal para pedir respuestas concretas por parte de las autoridades. En el caso de Carlos María Naon, que queda al norte del partido, la situación no requiere de evacuación, pero sí se encendieron alertas por la chance concreta de que el la localidad quede completamente aislada.
Según habían explicado sus vecinos a este medio, hasta que días atrás -fruto de la movilización- el municipio envió maquinaria a trabajar en el acceso, habían tenido que hacer los arreglos por su cuenta y con dinero de su bolsillo.
Los gastos de las obras ya superaron los 20 millones de pesos, que hasta el momento ha salido de los propios recursos.
Así como Carlos María Naon, hay muchos otros pueblos del partido que están hoy incomunicados o que corren riesgo de estarlo tras cada lluvia. Recientemente ocurrió en El Tejar, que, de acuerdo con lo que sostienen los vecinos, podría haberse evitado si sólo se completaba la limpieza de unos 1500 metros del canal que por allí pasa.
“Nadie nos presta atención, yo no sé a dónde quiere llegar la intendenta. En 9 de Julio no puede haber camisetas ni colores políticos”, expresó Pedro Marra, que es uno de los productores de la zona en alerta por esta compleja situación.