Los auditores forenses que investigan a Vicentin SAIC, con el propósito de establecer el origen del desastre que llevó a la compañía agroindustrial argentina a concursarse, descubrieron meses atrás que los granos recibidos en la modalidad “a fijar” no eran debidamente registrados por los responsables de la compañía agroindustrial, lo que llevó a que se desconociera la magnitud del pasivo de la empresa hasta que fue demasiado tarde.
Si bien el equipo de auditores forenses de Deloitte Argentina, designado por el juez del concurso preventivo de Vicentin, Fabián Lorenzini, tiene una buena idea de lo que sucedió al analizar los estados contables, necesita “trazar” los datos para reconstruir, de manera inobjetable, los procesos que llevaron a la empresa al desastre financiero.
Pero existe un problema: tales datos no pudieron por el momento ser encontrados en los registros informáticos de la compañía concursada –que comprenden más de 36 millones de documentos– y, ante requerimientos de los auditores, tampoco son facilitados por el directorio de Vicentin.
En el último informe presentado por los auditores a Lorenzini, los técnicos dejaron constancia que la información de la composición del stock de granos a fijar no “parece haber sido resguardada por la concursada” y que, al tratarse de “uno de los puntos más sensibles” de la auditoría, “requiere aún de la cooperación de la concursada para su debido esclarecimiento”.
.Para acelerar los tiempos, los auditores solicitaron a Lorenzini que se permita hacer entrevistas personalizadas a los responsables del área administrativa de Vicentin. “Al no contar con el detalle del día a día de las operaciones de la concursada, hay cuestiones que están más allá del conocimiento tanto nuestro como de los profesionales –externos a la empresa– que intermedian para canalizar estos requerimientos. Los análisis de temas complejos como éstos terminan implicando un ida y vuelta que ralentiza todo el proceso”, se quejaron los auditores.
Por eso consideraron esencial realizar entrevistas con los empleados responsables de la maniobra “para comprender mejor, sin intermediarios que regulen la conversación, la forma en que operaba la concursada y los correspondientes motivos que condujeron a la cesación de pagos”.
Ante los requerimientos de explicaciones realizados por escrito, la respuesta de los representantes legales de Vicentin fue que no pretenden realizar una respuesta ni un análisis “sobre las aseveraciones, presunciones, comparaciones de cifras y especulaciones que realizan los auditores”.
Ante la falta de colaboración, los auditores, para buscar fuentes alternativas, enviarán un requerimiento de información a un grupo de acreedores de la concursada para intentar determinar las posiciones comerciales previas a la cesación de pagos ocurrida en diciembre de 2019. Entre los consultados se incluyen ACA, AFA, Unión Agrícola de Avellaneda, Commodities SA, Grassi SA, Buyatti, Ganagro, Compañía Argentina de Granos y Engelhart CTP.
Los auditores también informaron cuáles son los criterios de “palabras clave” empleadas para el proceso de revisión de los archivos digitales de Vicentin SAIC.
Entre tales términos se incluyen los paraísos fiscales Andorra, Liechtenstein, Nassau y Panamá al considerar que tales conceptos están relacionados “con la identificación del potencial uso de fondos de la concursada para el pago de gastos personales y de transacciones potencialmente irregulares, vinculadas a empleados de nivel jerárquico/directivos/accionistas de Vicentin”.