Desde el lunes pasado Lácteos Mayol, una empresa con 86 años de vida ubicada en Gobernador Udaondo, partido bonaerense de Cañuelas, atraviesa una situación complicada porque integrantes del gremio lechero Atilra tomaron el control de la planta, impidiéndole operar, para exigir que se recategorice a siete de los catorce empleados de la firma como afiliados.
Desde Mayol sostienen que eso no es posible y que está en peligro la continuidad de la planta con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo. “Lo que pide Atilra está pensado para las grandes empresas lácteas, pero en una Pyme familiar como la nuestra, que procesa alrededor de 11.000 litros diarios, es imposible cumplir con lo que exigen”, dijo a Bichos de Campo Dardo Mayol, uno de los responsables de la empresa.
El gremio instrumentó un “acampe” frente a la empresa láctea. Los propietarios de la firma denuncian que hubo piedrazos contra la sede administrativa, que rompieron cámaras de seguridad y hasta se cortaron la electricidad y descompusieron un generador. Se colocaron troncos y maderas en los portones de acceso para evitar el ingreso y egreso de vehículos y, como consecuencia del bloqueo, y ya se tiraron más de 10.000 litros de leche.
“De los catorce empleados que tenemos, siete de ellos están afiliados a Atilra y los otros siete en otro gremio, pero Atilra nos intima a pasar a todos los empleados a su gremio y lo hicieron del peor modo. Nos cortaron la luz, tuvimos que poner un generador, pero lo rompieron, y además nos arruinaron las cámaras de seguridad. Hice la denuncia policial porque entrar a la fábrica fue un suplicio. Empezamos a querer mandar leche a otros lados, pero ellos lo impidieron”, explicó Dardo Mayol.
La empresa solicitó una conciliación obligatoria, pero la misma le fue negada por el delegado regional del Ministerio de Trabajo, Dardo Alberto “Beto” Mansilla, ex empleado de Edesur y delegado del gremio Luz y Fuerza en el partido, quien en las últimas horas se acercó a dialogar con los trabajadores. Recién este 5 de marzo la consiguieron y ahora se abre un impasse de negociación con trabajo duro mediante entre abogados y la familia Mayol.
Mayol cree que el bloqueo instrumentado por los gremialistas en realidad se organizó con el propósito de hacer inviable la operación de la empresa, de manera tal que tenga que malvenderla.
“Atilra puso en juego una empresa de 86 años que empezó con mi abuelo. Hoy estamos enfrentando un proceso de reconversión y ahora esta situación, que nos pega muy duro, con la terrible desolación de vernos obligados a cerrar la planta si esto continúa”, se lamentó Mayol.
“Quiero que entiendan que estamos frente a un gremio mafioso. A mí me robaron implementos de la fábrica y me rompieron aparatos. Ahora pude conseguir que mañana podamos trabajar y conseguimos también una custodia policial”, definió..
Hoy jueves se realizó una concentración, convocada por la Sociedad Rural de Bransdsen y la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), en apoyo a la firma láctea. “Los productores y procesadores de leche debemos unirnos y tomar cartas en el asunto. Defendemos la propiedad privada, la libertad de circulación y el trabajo digno”, sostuvieron ambas instituciones por medio de un comunicado.
Las autoridades del municipio de Cañuelas emitieron un comunicado manifestando su apoyo y solidaridad con la Pyme láctea y solicitaron que el Ministerio de Trabajo actúe para solucionar el conflicto. “Los métodos para conseguir los logros sindicales no deben bajo ninguna circunstancia poner en riesgo la sustentabilidad de una empresa que siempre ha sido familiar”, señaló un comunicado del municipio liderado por Marina Fassi, dirigente de Frente para la Victoria y esposa del ex intendente de Cañuelas, Gustavo Arrieta.
“Creemos que la situación de nuestras Pymes merece un tratamiento especial en relación a las grandes empresas. En el caso particular de Lácteos Mayol S.A., hablamos de varias generaciones de una familia representativa de nuestra comunidad, cuyo dulce de leche es además un símbolo de nuestro distrito ante el País e incluso el mundo”, agrega el municipio de Cañuelas en su comunicado.
El asesor, analista lácteo y coordinador del sitio DairyLando, Marcos Snyder, consideró de Atilra “es una fuerza bruta y mafiosa” que además efectuó “hechos de violencia e hizo pintadas en la casa de los dueños; eso debería estar castigado independientemente del motivo que haya detrás. Mayol es un laburante como pocos y el dulce de leche que elaboran en su planta lleva años de historia. No sé porqué no hay todavía una conciliación obligatoria”.
“En la era Macri (en referencia al gobierno anterior), Atilra se mantuvo quieta, pero con este gobierno se permiten estas actuaciones con total impunidad. Cuando yo fui gerente de Apymel tuve problemas con ellos, porque actuaban de manera similar con otras empresas. A una planta, por ejemplo, la bloquearon porque habían echado a una persona que robaba y entonces le impedían el ingreso de la leche hasta tanto lo reincorporaran”, agregó Snyder.
En relación al reclamo que hace Atilra a la empresa Mayol, Snyder declaró que “están pidiendo recategorizar a la totalidad de empleados que tiene la planta y con sus métodos está poniendo en peligro a esos mismos empleados a los que supuestamente quiere ayudar. Lamentablemente se afecta toda una historia lechera por culpa de estos brutos mafiosos”.
Por su parte, el representante gremial de Atilra, Heber Ríos exige que Lácteos Mayol regularice a sus empleados y asegura que los mismos están en la informalidad hace más de diez años. Según Ríos, la situación de reclamos lleva tres años y, ante la falta de respuesta, procedieron a realizar una medida de fuerza.
En el año 2008, en pleno conflicto del campo con el gobierno por la “resolución 125”, Lácteos La Cabaña de Rafaela (Santa Fe), una Pyme familiar, tuvo que cerrar sus puertas luego de una acción instrumentada por Atilra similar a la que se está observando en el caso de Mayol.
“En aquel momento le exigían lo mismo que a Mayol: recategorización, mayor incorporación de personal; le bloquearon la planta durante días, tuvieron que tirar leche”, recordó Elida Thiery, periodista especializada en el sector lácteo. “El conflicto empezó en julio de 2008 y a los dos meses terminó cerrando la empresa. Y recién hace un año y medio sus hijos y sobrinos reabrieron esa pequeña planta y hacen una producción casi artesanal bajo el nombre Lácteos Armando“, explicó.