El Departamento de Comercio de Estados Unidos consideró este martes que las importaciones de biodiésel desde la Argentina están subsidiadas y cometen dúmping. Para equilibrar la cancha con los productores locales de ese biocombustible, el gobierno de Washington dispuso que esos embarques deberá pagar un arancel de importación de entre 50% y 64%.
La comisión nacional de biodiésel de EE.UU. adelantó -en un comunicado- que el Departamento de Comercio impondría aranceles compensatorios que irían desde un 50,29% a un 64,17% al biodiésel de Argentina y de entre un 41,06% a un 68,28% en el caso de los envíos de Indonesia.
En el caso de la Argentina, el mayor argumento al que apelaron los fabricantes estadounidenses de biodiésel fue que ese derivado de la soja no tributaba tantas retenciones como su materia prima (la soja y el aceite de soja, que pagan 30% y 27% de retenciones, respectivamente). De ese modo, las fábricas se beneficiarían de tal modo que podrían vender por debajo del valor a que operan las plantas del país del Norte.
Habrá que esperar para ver el impacto que tiene esta decisión sobre los negocios de ese sector agroexportador, ya que Estados Unidos era prácticamente el único mercado que le quedaba al biodiésel argentino tras problemas semejantes con los clientes de la Unión Europea, donde ya se aplican restricciones.
La medida también impactará negativamente en la imagen del gobierno de Mauricio Macri, que la semana pasada habilitó el ingreso al país de carne de cerdo de origen estadounidense sin pedir demasiado a cambio. Tan solo la ratificación de que EE.UU. compraría limones tucumanos y, acaso, la secreta esperanza de que no hubiera sanciones al biodiésel.
A lo largo de 2016, las importaciones de biodiésel provenientes de Argentina e Indonesia significaron gastos de 1.200 millones de dólares y 268 millones de dólares, respectivamente, según un informe del Departamento de Comercio de EEUU citado por la agencia Reuters.