Cuando Ariel Piana y su socio pusieron en marcha la empresa Bioagro hace poco más de una década les decían “que éramos utópicos”. Lo que pretendían era producir insumos agropecuarios que fueran más amigables con el medio ambiente, a tono con las demandas sociales que se iban instalando.
En estos 11 años la utopía se hizo realidad. En 2009 produjeron 2 mil litros de fertilizantes de base biológica de su producto estrella. Ese volumen llegó a 400 mil litros el año pasado y la idea era duplicarlo en 2020 pero la seca frenó las ventas.
“Nuestras primeras víctimas fueron amigos y conocidos. Desde ahí fuimos creciendo gracias al boca a boca y por los resultados que tuvimos, pero como todo lleva un proceso y a la larga se ven los resultados”, explicó el empresario.
Escuchá la entrevista con Ariel Piana:
La empresa tiene base en Chajarí, Entre Ríos, donde está la planta de producción. Pero también tiene una red de distribuidores que le permite llegar a diferentes regiones productivas. Trabajan con arroceros grandes como Copra (de Jorge Aranda) y también con otros pequeños y medianos de Entre Ríos; con la firma La Loma, que produce y exporta frutillas; con la yerbatera Rosamonte. Además están haciendo ensayos con el INYM (Instituto Nacional de Yerba Mate) y con el INTA, según explicó Piana.
Bioagro tiene un producto estrella, el primero que generaron. Se trata de “un fertilizante orgánico-químico cuya materia prima materia prima es el humus de lombriz. Se hace un proceso fermentativo a través de bacterias que pasan los nutrientes de la tierra a estado líquido y eso lo enriquecemos químicamente con nitrógeno, fosforo y potasio”, precisó el empresario.
Además la firma cuenta con un estimulante radicular “base orgánica, que tiene tres microrganismos que generan solubilización de fosforo, la fijación de nitrógeno de forma natural, y el desarrollo radicular, además de estructura de plantas”.
El otro desarrollo de Bioagro es un “fungicida biodegradable que controla hongos y se volatiliza en el aire, por lo que no deja residuos en el cultivo ni en el fruto y se usa mucho en la parte hortícola, que se consumen de forma directa”.
Piana explicó que la empresa tiene planes de expandirse fronteras afuera. Antes de la cuarentena habían comenzando los trámites para que les habiliten la venta de sus productos biológicos en Uruguay, lo que están retomando con l cierre del año. También se presentaron a grandes empresas agropecuarias de Paraguay y ante el ministerio de la Producción de Chile “con buena expectativa porque vemos que esta tecnología que todos están pidiendo es lo que se viene”.