En el mes de mayo Indonesia registró un importante brote de fiebre aftosa, luego de mantener un estatus de país libre de esa enfermedad desde 1986. Esa situación generó gran preocupación en la comunidad internacional, sobre todo en Australia por la cercanía geográfica y los intercambios comerciales.
Según la agencia de noticias de ese país, Antara, hasta la fecha se registraron casi 540.000 cabezas de ganado infectadas, de las cuales más de 9.000 fallecieron. La enfermedad alcanzó 300 distritos y 25 ciudades, afectando principalmente a la población bovina. Recién en el mes de agosto, gracias a la provisión de 1 millón de vacunas contra esta enfermedad por parte del gobierno australiano, el país asiático comenzó su campaña de vacunación.
Sin embargo, con el objetivo puesto en sofocar el brote (para lo cual se estima que se necesitarán 28.7 millones de vacunas) y pensando en un plan de control a largo plazo, Indonesia abrió una licitación con laboratorios internacionales, entre los cuales una empresa argentina resultó seleccionada. Se trata del laboratorio CDV –que desde 2008 cuenta con la participación de capitales alemanes-, que recientemente confirmó el envío de un primer cargamento de 1.250.000 dosis, sobre un total estimado de 7.000.000.
“Esta producción no es algo que se acomoda de un día para el otro. La producción de un frasco lleva entre tres y cuatro meses, y tuvimos poco tiempo para adaptarnos a esta demanda, no solo desde la producción sino en la forma de envasar, etiquetar y rotular. Las vacunas ya están en Indonesia y estamos atendiendo junto con otros laboratorios la provisión contra ese brote”, afirmó Juan Roô, gerente general del Laboratorio CDV, durante un encuentro con periodistas en una de las plantas de la empresa, ubicada en el Parque Industrial de Pilar.
El lote de vacunas enviado desde Argentina adquirió un registro de emergencia, dada la inmediatez con las que fueron requeridas, y el laboratorio ya presentó la documentación necesaria para su registro definitivo, trámite a partir del cual busca convertirse en uno de los proveedores fijos de cara a los próximos años.
“Van a tener que vacunar ahora, revacunar a los 30 días y luego cada seis meses. Ellos tienen una logística muy compleja. Indonesia es el cuarto país del mundo a nivel de habitantes. Cuentan con un rodeo de 17 millones de cabezas, repartidos en 17 mil islas y en 7 millones de unidades productivas. Acá en argentina hay 53 millones de cabezas y 200 mil unidades productivas. Hay más de 250 cabezas por unidad productiva, mientras que allá hablamos de 2.5 cabezas por unidad productiva. Está totalmente atomizado y esa es la complejidad”, indicó Roô.
El empresario, que recientemente viajó al país asiático en el marco de este acuerdo comercial, explicó que el sistema sanitario de Indonesia no está en las mejores condiciones y que, además de vacunas, necesitará de apoyo técnico durante el monitoreo y las aplicaciones.
“Están muy necesitados de apoyo. No tienen la experiencia que tenemos nosotros, siendo en Latinoamérica uno de los países que más tecnología aplica. Nos preguntaron por las dosis a aplicar, la forma, la frecuencia. Es todo un tema y por eso preparamos información técnica que les estaremos aportando. Nosotros creemos en las tres “V”: vacuna, vacunador y vacunado. Yo puedo mandar el mejor frasco pero si no lo saben usar no va a servir, y Argentina en esa materia está muy tecnificada”, sostuvo.
-¿Qué peligro hay de que ese brote en Indonesia se transmita hacia otros países?- preguntó el equipo de Bichos de Campo a Roô.
-Hay mucho riesgo de que el virus se disemine. Donde más preocupados están es en Australia por el intercambio de ganado y carne. De hecho han encontrado trazas de virus en carne australiana. Acá en Argentina estamos cubiertos porque estamos vacunando. Indonesia no vacuna y sus animales no desarrollan inmunidad hace años. No tiene el ejercicio de nuestros animales, veterinarios, vacunadores y productores. Sí es cierto que en el resto de la región se está empezando a dejar de vacunar, principalmente por la presión de los productores de cerdos, a quienes les pagan menos por una barrera paraarancelaria.
-¿La inmunidad es acumulativa?- le preguntamos a Nicolás Palacio, jefe de Servicio Técnico de CDV.
-No, tiene un periodo de cobertura. Por eso se vacuna semestralmente en las categorías más chicas y anualmente en las grandes. Sí es cierto que la inmunidad tiene memoria. Vos vas a mantener una memoria inmunitaria. Después de determinado tiempo, si no se refuerza esa memoria los anticuerpos van a empezar a caer por la renovación de las células inmunitarias. Vos tenés inmunidad que pasa de madres a hijos por calostro pero luego en generaciones sucesivas vas perdiendo esa inmunidad.
-Frente al escenario de lucha contra la resistencia antimicrobiana, ¿qué impacto tiene ese debate en el universo de la producción de vacunas?
-Ese escenario juega muy a favor de las vacunas. Las vacunas son herramientas preventivas que apuntan a disminuir el uso de antibióticos. Con las vacunas no es que vas a dejar de utilizarlos, porque hay muchas enfermedades que no tienen vacunas hoy por hoy, pero vamos en pos de eso, acompañando el menor uso de antibióticos. Hace 15 o 20 años el 80% de la industria veterinaria eran fármacos y el 20% eran vacunas. Hoy estaremos en un 40%-60%, apuntando al 50-50. Las vacunas son la forma de aplicar menos fármacos. Lo ideal sería llegar a un 80% de aplicación de vacunas y un 20% de fármacos.
La compañía prevé el envío de las 5.000.000 dosis restantes, según el compromiso asumido, entre los meses de octubre y diciembre de 2022.