La autoridades sanitarias de la Argentina informaron a la comunidad internacional, con varios meses de atraso, sobre el reingreso al país de una enfermedad que se supone habría sido erradicada en 2008, aunque luego se detectaron otros casos. Se trata de la “Surra” o Trypanosoma evansi, un parásito que se aloja dentro de ciertas especies animales incluyendo los bovinos y equinos, y que puede causar hasta la mortandad de los mismos.
En el informe enviado por el Senasa a la Organización Mundial de Salud Animal (OMSA), el gobierno reconoció que ese parásito fue detectado el 21 de junio pasado en 47 bovinos y 41 equinos en un campo de la zona de Arroyo Aguiar, en la provincia de Santa Fe.
Los 88 animales afectados fueron puestos en cuarentena inmediata, según el informe oficial, que da por concluido ese brote con fecha del 12 de septiembre. . Pero en los hechos el episodio marca el reingreso al país de una enfermedad que había sido erradicada desde diciembre de 2008, hace casi 17 años.
Esa es la versión oficial, porque hay varios trabajos científicos que dan cuenta de la presencia de la enfermedad en varias zonas del norte del país. De hecho, un comunicado del gobierno de Santa Fe de 2018 daba cuenta de “la presencia de casos de tripanosomiasis bovina en el territorio santafesino”. En 2022, en tanto, las autoridades de Uruguay dieron por confirmados casos en caballos.
El Senasa, a todo esto, en 2002 emitió la resolución 85, en la que incluyó una serie de enfermedades, entre ella la Surra, “que se deben certificar para la exportación de animales y sus subproductos a los países que así lo requieran por ser de notificación obligatoria conforme normativa vigente”.
Por eso la gran pregunta es por qué recién ahora el Senasa comunicó a la OMSA ese episodio sanitario, y no mientras estuvo sucediendo. Lamentablemente el organismo está bajo sospecha permanente desde que ocultó la reaparición de la fiebre aftosa, en agosto de 2000.
La Surra figura en la lista de enfermedades animales que el mundo considera peligrosas y de notificación inmediata, ya que es muy infecciosa. El parásito T. evansi puede alojarse en un rango muy amplio de animales. “Afecta a un gran número de especies animales salvajes y domésticas de África, Asia, Centroamérica y Sudamérica. La especie hospedadora principal varía según el área geográfica, pero en particular el camello, el caballo, el búfalo y el ganado bovino, resultan ser los más afectados, aunque también hay otros animales susceptibles, incluidas especies salvajes”, dice un informe veterinario.
“De distribución mundial, causa gran morbilidad en África, Asia y Sudamérica. Este parásito se puede encontrar en la sangre y los tejidos de los animales infectados y los carnívoros pueden infectarse por transmisión oral. En caballos es transmitido mecánicamente por la picadura o mordedura de un vector. Los principales vectores son las moscas hematófagas, principalmente tábanos. Garrapatas y vampiros también han sido descritos como vectores, siendo posible también la transmisión iatrogénica, venérea y por la leche. En los équidos, el período de incubación es de 5 a 60 días”, describe a continuación.
La Surra también es conocida como “mal de las caderas”, en relación a la parálisis que produce en el tren posterior de los équidos. Algunos animales que se contagian del parásito mueren rápidamente, sobre todo en el caso de animales libre o susceptibles que son trasladados a regiones endémicas. En otros casos, los signos clínicos pueden persistir por meses e incluso la infección puede cursar de forma asintomática.