En el mercado ganadero falta hacienda para atender a las necesidades del consumo interno de carne, que este año reaccionó, y también de la exportación, que pide sobre todo novillos pesados y vacas, aunque también está comprando ganado algo más liviano para atender a sus clientes. Hay pocos vacunos para atender tanta demanda.
Esa puja se traduce en mayores precios y todo indica que vamos a un escenario de más escasez en el que los valores de la hacienda deberían seguir la tendencia alcista de los últimos meses. La situación está generando fuerte preocupación entre los industriales de la faena.
Actualmente ese sector cobra muy poco por los subproductos bovinos, que antes solían compensar gran parte de sus costos operativos. “No hay número que cierre”, repiten los industriales.
Las alarmas están encendidas y son varios lo que lo vienen advirtiendo desde hace varios meses, de esta situación. Es el caso de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales (Fifra). Pero también Miguel Schiariti, el presidente de la cámara CICCRA, advirtió días atrás que “la exportación ya opera sobre lotes de consumo”, generando mayor presión sobre los precios.
El mercado se viene afirmando y si uno compara las cotizaciones que tuvo el ganado para faena en la primera quincena de este mes respecto de los mismos días de noviembre del año pasado, la suba que experimentaron es realmente muy importante.

En estos días, el novillo promedió los 3800 pesos por kilo vivo y tuvo un incremento interanual del 95%, triplicando a la inflación del mismo período, que fue de casi 32%.
Novillitos y vaquillonas promediaron los 3760 y 3560 pesos y su incremento fue también muy significativo, del 84% interanual.
Las vacas de mejor gordura aumentaron 82%, en estos casos se las usa para reemplazo del novillo tanto de exportación como de consumo. Por eso tienen alta demanda. Su oferta es a su vez más acotada que las tipo conserva y manufactura, cuya carne se vende a China principalmente y que aumentaron 60% respecto de noviembre del año pasado.
El novillo de exportación no para de afirmarse. Las precios de esta semana fueron de 6.800 a 7.000 pesos por kilo en gancho, pero hubo operaciones por encima de esos valores. En junio valía 5.000 pesos, desde entonces aumentó 40%. Hace un año costaba 4.000 pesos, y el incremento interanual fue de 75%.
Con respecto a la cría, el ternero tampoco para de subir. “Hay una explosión de pasto”, dicen los productores para justificar una retracción de las ventas, ya que hay muchos recriadores buscando la invernada que se coma ese forraje.
A su vez, los exportadores están incrementando su demanda, sobre todo por terneros con más kilaje para llevar a recrías y luego al engorde a corral. Buscan hacerse de la materia prima necesaria para sus faenas de los próximos meses.

El ternero macho hoy vale entre 5.000 y 5.500 pesos por kilo vivo. El de más de más de 200 kilos se paga un poco mejor, pero no se sabe cuál es el límite.
La suba interanual del ternero fue de 60%, menor a la del ganado para faena. Pero a pesar de ello la diferencia entre el ternero de cría y el ganado para faena es muy alta: supera el 30% y eso impide el engorde a corral. Lo vuelve antieconómico.
En este escenario los feedlots se vacían, no reponen. La ocupación se acerca a sólo el 60%, el índice de reposición de la Cámara de Feedlot es de sólo 0,76 y cada vez hay más ganado de los exportadores y menos de los matarifes en los establecimientos hoteleros.
Esto da cuenta de que vamos a un escenario de mayor escasez de carne incluso para el mercado doméstico, el mayor comprador de la carne argentina, lo que debería afirmar más los precios en los próximos meses.





