Y un día reapareció Vicentín y envió señales sobre lo que piensa hacer para honrar sus deudas, que suman más de 1.000 millones de dólares y afectan a muchos acopios, cooperativas y productores individuales de todo el país, pero también a todos los argentinos, porque el mayor acreedor de la aceitera es el Banco de la Nación, que nos pertenece a todos.
Después de declararse bajo “estrés financiero” a principios de diciembre pasado, paralizar sus plantas de molienda, y desaparecer de todos los lugares que frecuentaban, funcionarios de Vicentín se reunieron este martes con directivos de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsefe), del Centro de Corredores de Cereales de Rosario, del Centro de Corredores de Cereales de Santa Fe y de la Sociedad Gremial de Acopiadores de Rosario. Fueron estas organizaciones las que se ocuparon, desconfiadas, de publicitar este cónclave tan esperado por cientos de acreedores.
“Durante el encuentro los representantes de la empresa informaron que avanzan en la elaboración de un plan de acción para presentar una propuesta a los acreedores de la firma, cuyas premisas son:
- evitar la apertura del concurso preventivo de la empresa, poniendo en funcionamiento nuevamente sus plantas;
- considerar a todos los proveedores por igual, sin quita en la propuesta a presentarles;
- que dicha propuesta es su intención presentarla en el menor plazo posible.
“Las entidades presentes insistieron en la necesidad de encontrar una salida inmediata a la situación y que la misma contemple a la totalidad de los actores involucrados, abogando para arribar a la mejor solución posible para todos los actores involucrados”, se informó tras el encuentro, del que participaron los dirigentes rurales Carlos Castagnani, Ignacio Mántaras y Gustavo Sutter Sneider; los corredores Miguel Simioni, Andrés Williams, Guillermo Dutto y Carlos Vergara; y los acopiadores Javier Gastaudo, Juan Manuel Martino y Félix Redolfi.
Por Vicentín, los que dieron la cara fueron Máximo Padoan y Roberto Gianneschi. Vale recordar que Alberto Padóan, otro alto directivo de esa compañía con sede en Reconquista, en el norte de Santa Fe, fue hasta octubre pasado presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Una muy buena nota publicada el domingo por el suplemento Rosario/12, del diario Página/12, preanunciaba que en esta segunda quincena de enero una pregunta que se hacían las autoridades nacionales y de la Provincia de Santa Fe era si debían intervenir para salvar a la aceitera de capitales nacionales.
“Febrero está a días nomás, y con el segundo mes del año termina la feria judicial. Y cuando se habla del fin de la feria judicial a la gran mayoría de los acreedores les corre un frío por la espalda, porque si el gigante agroexportador de capitales se concursa, profundizará el daño generado desde el 6 de diciembre, cuando comunicó la situación de ‘stress financiero’ que en la práctica no es más que declararse en default, es decir no poder pagar sus deudas en tiempo y forma”, comenzaba el artículo firmado por David Narciso.
La crónica justificaba la preocupación de los funcionarios en un dato no menor: los 18.372 millones de pesos que le prestó a Vicentín el Banco Nación, que representa el 78% de todo su pasivo con entidades financieras locales.
Otro dato clave es que de la aceitera dependen 16 empresas controladas muy relevantes en la economía regional y provincial. “Aunque la dirección sostenga que su estrés financiero no afecta a esas firmas, lo cierto es que muchas de ellas fueron adquiridas, se expandieron o se financian gracias a préstamos garantizados por Vicentín SAIC, cuando no por créditos directos de la casa matriz”, explicó la nota.