En homenaje a un pequeño gigante de la ganadería, el sector de los corrales del predio de la Sociedad Rural de Salliqueló lleva el nombre de Antonio Albin. Se trata de un homenaje en vida a este hombre que desde hace cuatro décadas colabora activamente con el tradicional concurso de Novillo que se realza en esa localidad. Antonio confiesa que el día que sus pares descubrieron el cartelito se emocionó tanto que no pudo hablar.
Albin es de contextura pequeña y de edad avanzada. Tanta vida carga a cuestas que fue en 1969, hace más de medio siglo, que empezó a concurrir a la sociedad rural “y desde entonces nunca dejé de trabajar”. En aquel momento todavía ni siquiera existía el concurso ganadero que busca todos los años identificar los mejores lotes de hacienda para faena en todo el oeste bonaerense, una región donde históricamente se hacía la invernada (el engorde a pasto) de los bovinos aunque luego fue cediendo cada vez más lotes a la agricultura.
Mirá la entrevista completa con este veterano ganadero:
Tanto cooperar en la rural, Antonio fue escalando posiciones y en 1981 llegó a ser su presidente. “Creo que fue en la primera reunión que se trató el tema del iniciar el concurso”, recuerda. Ya van 42 ediciones.
“Gracias a Dios no he tenido inconveniente y he podido participar en todas”, celebra. “Siempre me digo que mientras se pueda hacer un lotecito… Yo siempre he salido a los campos con los productores para ayudarlos a hacer su lote” para enviar al certamen que busca identificar los mejores animales listos para faena, según su conformación o el tamaño de sus cuartos.
Ni siquiera el coronavirus pudo alterar el devenir de este concurso. Por el contrario, Albin nos cuenta que “el año pasado, para mi, toqué el cielo con las manos, porque los jurados que vienen siempre no podían venir por el tema de la pandemia, y terminé jurando yo. No sé cómo fue, si fue por la trayectoria o qué. Yo ya había jurado en otras exposiciones como Carhué. Pero en otros pueblos es otra cosa. Pero acá, con la importancia que tiene la exposición de novillos de Salliqueló. Para mi fue lo máximo”.
Esa localidad cercana al límite con la Provincia de La Pampa fue declarada capital provincial del novillo tipo y Antonio también tuvo algo que ver con aquella historia. “Era esta cosa de la juventud. Éramos todos relativamente jóvenes y empezamos con que vamos a hacer el concurso, con que vamos a darle más jerarquía. Y así empezamos. Lo primero que hicimos fue tocar al intendente y le interesó. Luego él lo gestionó en La Plata, donde tuvimos que mandar un montón de papeles”, recuerda Antonio.
-¿Y usted siempre fue ganadero?- le preguntamos.
-Yo fui medio porfiado. Mi padre, cuando terminé el primario, me quiso mandar al secundario, pero en ese momento me quedé en el campo. Desde siempre… Siempre he estado entre las vacas y los novillos. Mi padre en ese momento era invernador, no tenía vacas. Con el correr del tiempo él se corrió y quedé yo. Y ahora hacemos la producción completa, desde que nace hasta que se vende. Lo terminamos al novillo.
-¿Es un productor de qué tamaño?
-Soy un productor chico. Por ciertas circunstancias me tuve que achicar y estoy conforme con lo que tengo. Ahora tengo un hijo que durante medio día es el que atiende (la hacienda) y con eso vamos. Yo a la tarde voy y me entretengo…
-Habiendo puesto tanto amor a la ganadería, ¿qué siente cuando acusan al ganadero de especular para hacer subir los precios de la carne?
-Siempre ha habido ese tremendo problema. El productor no especula, el productor cuando tiene el novillo gordo lo tiene que vender. No se puede guardar. Todas estas cosas a veces te dan alguna rabieta. Los otros días, con eso de la vaca a China… ¡Pero escuchame! ¡Si esa vaca se nos moría en los campos! Teníamos la posibilidad de sacarla pero no… La tenían pisada. Y siempre es así.
-¿Siempre es así con todos los gobiernos o solo con este gobierno?
-Yo creo que los de este gobierno son los que más se han metido con el campo, no solamente con la ganadería. Están en contra del campo. Les parece que nosotros acá en el campo nadamos en la abundancia y que se yo. Los dólares que le entran al gobierno, un porcentaje muy elevado, le entran del campo. Pero resulta que somos los malos de la película.
-¿Y cómo salimos de esta trampa?
-No sé cómo salir. La vamos llevando. A veces ganás menos, a veces más. nEl productor agropecuario siempre le va a dar, porque si es el del tambo la leche la tiene que entregar, el que hace avicultura también. Ellos saben que vamos a seguir porque tenemos la tierra, y si no la trabajo yo, la vas a trabajar vos. porque la voy a alquilar. Entonces, de una forma u otra, si a vos te va mal, bueno entonces arreglate o alquilá el campo Viene algún otro y el campo sigue trabajando, no para.
-Usted y su hijo, ¿qué necesitarían para poder producir más carne?
-Las reglas claras, que no te anden todo el día cambiando de reglas. Que no te corten la exportación porque quieren que la carne baje y al final no baja nada. Ese manoseo es perjudicial para el negocio. Hay que tener un poco más de seguridad, y más en el campo donde las actividades son lerdas. Entonces, reglas claras para que cada cual pueda seguir en lo que le gusta o su explotación le permite hacer.
-¿Y por qué cree que se rompen las reglas? ¿Son dañinos o no saben?
-Hay algunos que no saben. Y después… también son dañinos. A veces uno no puede hablar todo lo que uno piensa, porque piensa muchas cosas. Pero yo creo que lo que tendrían que hacer es dedicarse un poquito más a… Con los planes (sociales) hay mucha gente que los necesita y tienen que dárselos. Pero si seguimos con solo sacar dinero para dar a esos planes.
-¿Quiere decir que ve que no se está favoreciendo una cultura del trabajo.?
-No, yo creo que no. Escuchame: Si un nene está viendo al padre que no trabaja porque tiene un plan y dicen ‘para que voy a trabajar en blanco si me sacan el plan’, y entonces prefiere quedarse quietito para que no le saquen el plan… Ese chico se va criando y piensa ‘si mi padre no trabajó y pudo vivir y criar una familia…’ No sé. No se han dado las facilidades de la cultura del trabajo. No soy especialista en esto, pero es algo así. Soy un chacarero, nada más que chacarero y a veces uno lo que piensa no lo sabe expresar o no lo quiere expresar. Por ahí una palabra te sale un poquito para otro lado. Pero es más o menos así como te digo.
-¿La Argentina va a seguir siendo un país ganadero o es algo en vías de extinción?
-La Argentina es productora de alimentos y va a seguir siendo productora de alimentos mientras no nos sigan castigando. Los campos tenés que llenarlos de algo. Eso lo saben ellos y por eso a veces te castigan, porque saben que es finalmente lo que podes hacer. No podés, si tenés una extensión de campo. ponerte a hacer, por decir un ejemplo tonto, una quinta con verduras. Y es así la vida del productor.
-¿Y va a seguir siendo siempre así?
-Sin ninguna duda. Pero bueno, amamos la tierrra, lo que hacemos. Mi abuelo vino de España a la chacra, fueron años muy difíciles y los supieron sobrellevar. Mi padre lo mismo. Y la mayoría sigue y te van a decir con distintas palabras lo mismo. Si vos tenés un negocio que vende fierro y te va mal, cambias a la madera y es rápida la cosa. Pero vos en el campo no podes convertir una explotación de un día para el otro, irás mechando, pero no poses cambiar. Por eso lo que pedimos son reglas claras.
-Ha renegado mucho en esta nota. ¿Pero ha sido feliz siendo ganadero?
-Sin dudas. Uno reniega pero tenés que separar las cosas. He tenido una familia y aunque hoy me ha tocado quedarme solo, vas llevando las cosas.