Frente al fracaso del operativo “dólar soja 3” y la negociación llevada a cabo en EE.UU. para lograr un “salvavidas” cambiario, las autoridades del Banco Central (BCRA) instrumentaron una nueva barrera burocrática para evitar la salida de divisas que está generando confusión y nerviosismo en el mercado argentino.
Ayer el BCRA, por medio de la comunicación “A 7746”, instrumentó medidas orientadas a evitar el uso de divisas para el pago de la importación de servicios profesionales y de fletes entre empresas vinculadas, además de establecer un “cepo” burocrático para liberar dólares destinados a cancelar deuda externa entre empresas de un mismo grupo corporativo.
Posteriormente, emitió una segunda comunicación, “A 7747”, por medio de la cual se implementó un complejo entramado burocrático para poder instrumentar lo determinado en la “A 7746”, que insólitamente fue ampliado luego con la “A 7748”, para generar una maraña de regulaciones que terminó bloqueando de facto las operaciones cambiarias en el sistema bancario ante la confusión generada.
Semejante movida en el actual contexto impulsó una inevitable suba de los valores del dólar negociados en el mercado bursátil argentino, donde el tipo de cambio MEP terminó casi en 440 $/u$s, mientras que la divisa operada en los mercados externos (CCL) finalizó la semana en un valor de casi 455 $/u$s.
La inestabilidad cambiara, con movimientos tan bruscos, lejos de promover ventas de granos, genera justamente el efecto contrario, dado que la mayor parte de los productores priorizan quedarse con el físico a modo de resguardo.
Con un tipo de cambio oficial BNA comprador de 217 $/u$s (el tipo de cambio que se emplea para liquidar exportaciones agroindustriales) la brecha entre el mismo y las cotizaciones del dólar “libre” es cada vez mayor y, por extensión, más insostenible.