El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, eligió a Brooke L. Rollins, una mujer conservadora de Texas, como su secretaria de Agricultura. La definió como “una patriota leal” porque hasta ahora manejaba el Instituto de Políticas Primero América (America First Policy InstituteI). Y definió: “Como nuestra próxima secretaria de Agricultura, Brooke encabezará el esfuerzo para proteger a los agricultores estadounidenses, que son verdaderamente la columna vertebral de nuestro país”.
Andá ahora a venderle más carne a los Estados Unidos desde Argentina, como pretendían los ganaderos y frigríficos locales, ansiosos de ampliar la cuota de 20 mil toneladas de cortes vacunos reabierta en 2018. Rollins, de 52 años, nació en el área rural de Texas, desde donde nacen los principales lobbies en contra de las importaciones de alimentos y a favor de altos aranceles para los competidores de otros partidos.
Trump destacó que Rollins ha pasado los últimos cuatro años defendiendo las políticas de “nuestra agenda America First (EE.UU. primero)” como fundadora y directora ejecutiva del America First Policy Institute (AFPI) y America First Works (AFW), desde donde ayudó a crear “un equipo de patriotas leales”. Ya había sido funcionaria de su primer gobierno, como parte de su Consejo Asesor Económico en 2016, y como directora del Consejo de Política Nacional, directora de la Oficina de Innovación Estadounidense y asistente del Presidente para Iniciativas Estratégicas.
“Hizo un trabajo increíble durante mi primer mandato… en estos puestos, ayudó a desarrollar y gestionar la agenda de política nacional transformadora de mi administración”, la elogió Trump al asignarle la responsabilidad sobre el USDA, que tiene casi 100.000 empleados y está compuesto por 29 agencias y oficinas.
Rollins sería la segunda mujer en estar a cargo del USDA, después de Ann Veneman, que trabajó para el Gobierno de George W. Bush entre 2001 y 2009. De ser confirmada por el Senado, Rollins participará en la renegociación del acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá, que se realizará el próximo año, y deberá lidiar con la promesa del presidente electo de establecer aranceles a ciertos productos agrícolas.
Las propuestas políticas clave de la AFPI, The America First Agenda , incluyen eliminar la mayoría de las protecciones del servicio civil para los empleados federales, permitiendo despidos sumarios sin apelación; expandir la producción nacional de petróleo y gas abriendo nuevas tierras federales para la exploración y perforación de petróleo; oponerse a las leyes de bandera roja que restringen la posesión de armas para personas de alto riesgo; imponer aranceles a las importaciones, reducir los impuestos corporativos, proteger la libertad religiosa, revertir las iniciativas de cambio climático y salir del acuerdo climático de París, oponerse a los derechos de las personas transgénero, agregar requisitos laborales para Medicaid y limitar la participación de EE. UU. en conflictos globales.
También propone esa organización restringir la inmigración completando el muro fronterizo entre Estados Unidos y México, aumentando la financiación de los agentes fronterizos y poniendo fin a los programas de inmigración legal como las visas familiares.