“Es imposible que el vacío que dejó la Argentina sea llenado por otros proveedores”. Así explicó el uruguayo Rafael Tardáguila, director del prestigioso medio especializado Fax Carne, el problema que generó en el mercado mundial la salida de la Argentina, decidida intempestivamente por el presidente Alberto Fernández con el supuesto objetivo de provocar una baja de los precios internos de ese alimento.
El analista comentó que la medida “tuvo un impacto fuerte” entre los operadores internacionales. Este año, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), China importaría 3,1 millones de toneladas de carne vacuna, aunque algunos creen que ese número se quedaría corto. La Argentina colaboraría con buena parte de ese volumen.
Tardáguila explicó que la decisión del Gobierno argentino se dieron en un contexto de fuerte desbalance entre las necesidades de la demanda y las posibilidades de satisfacción de la oferta. Que salga de escena -aunque sea por pocos días- un jugador con el peso tan grande que adquirió la Argentina en estos años determinó que el mercado se recalentara de inmediato.
“Por eso hubo aumentos de algunos precios de exportación a China de parte de Uruguay y de Brasil, de 8 a 10%, y hasta un poco más en algunos casos”, reveló Tardáguila.
El analista explicó que por el garrón y brazuelo que Brasil vendía a 7.200 dólares a principios de abril se hicieron ahora negocios por entre 7.500 y 7.800 dólares por tonelada. Se trata de dos cortes muy requeridos por los importadores chinos, que equivalen aquí a lo que conocemos como osobuco.
Mientras tanto, por el asado que exportaba Uruguay a ese destino se pagaban unos 4.000 dólares por tonelada a principios de abril. En los últimos días se cerraron negocios a 4.700/4.800 dólares.
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El director de FaxCarne contó que los precios de la hacienda en Uruguay ya estaban firmes, pero igual se sintió la presión por el abandono de Argentina. Por los novillos se pagaba 3,90/3,95 dólares por kilo en gancho y ahora ese valor se elevó a 4 dólares.
“El mercado mundial ya venía subiendo. Por eso (la salida de Argentina) fue como echarle kerosene a la hoguera”, dijo Tardáguila.
Pero el experto agregó que pese a los beneficios coyunturales que le pueda reportar la situación a los exportadores de los países del Mercosur, no es bueno lo que está pasando: “Se trata de un cambo en las reglas de juego que no le hace bien a nadie porque genera ruido, incertidumbre, volatilidad y cuando regrese Argentina los precios seguramente corrijan a la baja de nuevo”.
Finalmente comentó que el recalentamiento del comercio global está llevando a que los exportadores uruguayos estén exigiendo un incremento del anticipo a los importadores chinos, para cubrirse de una posible intervención del gobierno asiático para forzar una baja de los valores. Esto ya sucedió a fines de 2019. Si antes se pedía que se adelantara el 30% del dinero de cada venta ahora se exige el 50%.