El negocio agrícola enfrenta un riesgo potencial ante una medida extraordinaria que está a punto de lanzar el gobierno nacional: un nuevo proceso de apreciación cambiaria.
“El gobierno está buscando activar un nuevo blanqueo de capitales y lo que vimos en el primer evento de esas características es una marcada apreciación del tipo de cambio asociada a un importante ingreso de divisas al sistema”, explicó a Bichos de Campo el economista Nicolás Burzaco, director de la consultora Extra Milla
“El hecho de que eso coincida con el período del año de ingreso de divisas de la cosecha gruesa podría potenciar el proceso, que es justamente lo que busca el gobierno”, añadió.
Durante la primera fase del blanqueo instrumentado en 2024 –la más importante porque eximía de penalizaciones las declaraciones de hasta 100.000 dólares– ingresaron al sistema 20.631 millones de dólares, lo que permitió recomponer durante varios meses las reservas internacionales del Banco Central (BCRA).
El resultado de esa medida fue una marcada apreciación del entonces dólar “libre” negociado en mercados bursátiles, lo que contribuyó a incrementar los costos en dólares de las empresas agrícolas.
Con la unificación del tipo de cambio implementada en abril pasado ese proceso de apreciación cambiaria se consolidó por un aporte extraordinario de divisas realizado por organismos multilaterales, además de intervenciones indirectas instrumentadas por el gobierno nacional.
Si la estrategia del equipo económico del gobierno tiene éxito, entonces cabría esperar una profundización de la apreciación cambiaria, lo que implica que aquellas actividades exportadoras –con el agro a la cabeza– recibirán cada vez menos pesos por cada dólar generado.
Como contrapartida, las actividades dedicadas a abastecer al mercado interno –como las ganadería, avicultura, porcinos y lechería– seguirán registrando un proceso de capitalización que podría contribuir a promover notables mejoras patrimoniales.