La temporada de limones en 2019 ha finalizado y, claramente, no fue una campaña sencilla. Al contrario, hubo problemas climáticos que complicaron la calidad de la fruta, el mercado interno estuvo deprimido y sobreofertado, y tampoco se lograron buenos precios en los mercados internacionales, donde la Argentina suele ser una gran protagonista. Pero la esperanza no se pierde y los productores radicados fundamentalmente en Tucumán ya piensan en remontar las cosas en 2020.
“Si bien los resultados económicos no fueron los esperados, el limón argentino se va afianzando en los mercados”, dijo a Bichos de Campo Pablo Padilla, directivo de la productora y exportadora Padilla Citrus, ubicada en Yerba Buena, Tucumán, que cuenta con dos plantas de procesamiento y 2.000 hectáreas implantadas donde produce 50.000 toneladas anuales de limones.
El empresario puso como ejemplo que la exportación de limones a Estados Unidos, un mercado que se logró abrir en 2018, creció más de 6% en volumen, ya que este año se exportaron cerca de 23.000 toneladas de limones contra las 11.000 toneladas que se habían exportado el primer año de negocios.
Padilla es actualmente el presidente de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnoa) y también remarcó el mal momento que atraviesa el sector por la sobreoferta global en la producción: “Estamos enfrentando una campaña difícil después de muchos años. En lo que es fruta fresca, el limón se produjo en grandes cantidades en muchos países del mundo, como Sudáfrica, España, California y Turquía, lo que mantuvo a los mercados de fruta fresca bajo una presión de precios a la baja. Eso dificultó económicamente la campaña”, admitió.
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Aunque la sobreoferta es lo que retrajo los precios del limón, según el directivo de Padilla Citrus, “la Argentina produjo un poco menos que el año pasado”. Según la temporada, el volumen de oferta local de limones varía entre 1,5 a 1,7 millones de toneladas producidas en unas 55.000 hectáreas concentradas principalmente en el NOA.
En este escenario, esta temporada “hubo una superposición de oferta del limón argentino con los limones producidos en el hemisferio norte, lo que afectó la campaña y el resultado comercial. Además, tuvimos muchas lluvias, lo que afectó la calidad del limón, y se perdieron días de trabajo. Esto hizo que a unas 300.000 toneladas (de oferta) de Tucumán le costara encontrar su lugar en la industria, al acortarse el tiempo de proceso. Al tener menos días, se hizo más difícil procesar toda la fruta que se produjo”, explicó Padilla.
De acuerdo al presidente de Acnoa, aunque “los precios internacionales, tanto de fruta fresca como de los productos industriales, están bajo presión”, hay optimismo ya que “vemos un marcado descenso en la producción de Turquía y España, lo que ampliaría nuestra ventana comercial para la campaña que viene”.
Padilla recordó que la limonera “es una actividad netamente exportadora y el desafío es mantener los mercados ya abiertos y el desarrollo de nuevos mercados como la India. Ahora (Luis Miguel) Etchevehere anda de viaje por China y capaz que viene con buenas noticias y logra la apertura de ese mercado. Desde el NOA, Tucumán, Salta y Jujuy, estamos preparados para seguir creciendo”, avisó el empresario.