El algodón cerró la campaña 2022/23 con una buena y una mala noticia. La buena es que el clima no fue tan perjudicial y la cosecha es “normal”: todavía falta desmotar una parte pero se calcula que terminará en 250 mil toneladas de fibra.
La mala noticia es que este producto tan regional insólitamente no forma parte de la lista de economías regionales a las que les quitaron o redujeron los derechos de exportación.
“No lo entendemos, nos hablan de federalismo, de desarrollar el interior, pero nos aplican un impuesto para exportar y una brecha cambiaria de 100%. Es una tomada de pelo, seguimos como siempre y con mucha desilusión”, dijo Carlos Almiroty, titular de la Cámara Algodonera Argentina.
Lo irrisorio en esto es que el aporte que se hace a las reservas de divisas por las exportaciones de la fibra de algodón es muy bajo. El año pasado se exportaron 100.000 toneladas, según informaron desde la Cámara Algodonera, lo que se tradujo en tan sólo 9 millones de dólares de recaudación por derechos de exportación, que se mantienen en 5%.
“Para las cuentas del Estado Nacional no es ni un vuelto”, dijo Almiroty quien agregó: “para nosotros es muy importante porque nos quita competitividad, es importante”.
El empresario dijo además que el algodón representa el 5% del valor final de una prenda de vestir, por lo cual si su precio aumentara no impactará en la inflación.
A pesar de esto las autoridades decidieron que esta cadena productiva no recibiera el “beneficio” o reducción del castigo en realidad que implementaron las otras actividades.
La cuestión es que encima este año las exportaciones están paradas, apenas se despacharon 4 mil toneladas de fibra en los primeros 7 meses del año cuando el país producirá un saldo exportable de 100 mil toneladas este año.
Eso tiene que ver con diferentes cuestiones. Por un lado no hay competitividad cambiaria y por el otro la industria que compró algodón y los procesó está a la espera de cambios macroeconómicos. La esperanza está puesta en que las autoridades eliminen el desdoblamiento cambiario.
Por cada dólar que se exporta, el Banco Central, que se queda con esas divisas, le da a los exportadores y estos traspasan a los productores el equivalente en pesos según el tipo de cambio oficial. Además descontando de ese valor el impuesto a la exportación.
El dólar divisa es de 349 pesos pero con la quita de retenciones de 5% queda en 331 pesos, cuando el dólar libre o blue está en 705 pesos y el Contado con Liquidación en 742 pesos. Respecto del dólar informal la brecha es de 112%.
Mientras tanto se espera por el recambio presidencial y por nuevas medidas de política económica y sectorial. “El productor está expectante de eso y por eso creemos que va a apostar otra vez al cultivo y que quizás el año que viene tengamos una cosecha para 300 mil toneladas de fibra”, evaluó el directivo.