El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, anticipó que tras el acuerdo logrado por el gobierno con frigoríficos y supermercados para ofertar cortes baratos de carne vacuna, se va “a tratar de generar un mecanismo similar” para “contener los aumentos en el sector de frutas, verduras y otros productos de huerta”.
“Es un mercado con mucha atomización, tanto de pequeños productores como de comercios, es un esquema más complejo. Pero estamos trabajando con el Ministerio de Agricultura para tratar de dar más certidumbre a los precios”, explicó Kulfas, en declaraciones a Radio Continental.
El ministro de Desarrollo Productivo, que tiene a su cargo a la secretaría de Comercio Interior, reconoció saber que el mercado de las frutas y verduras no responde a parámetros semejantes que los de otros alimentos. “Tiene componentes estacionales”, reconoció. Esto dificulta cualquier congelamiento de precios, como el que finalmente se dispuso para diez cortes de carne vacuna, que tendrán precios sujetos hasta el 31 de marzo.
Kulfas, en este sentido, recordó que en septiembre y octubre pasado subió mucho el precio del tomate, por arriba de los 150 pesos por kilo, “porque es el momento en que se termina la cosecha y baja la producción. Después, con la cosecha nueva el precio bajó muchísimo”, aclaró. De hecho se consigue tomate ahora a 20 pesos por kilo, de remate.
En su anuncio, el ministro pareció desconocer que un área que depende parcialmente de su cartera, la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires, ya tiene un programa para tratar de acordar los precios con los principales operadores del mercado de frutas y verduras. Se llama “Compromiso Mercado Central”, y el mayor escollo hasta aquí fue no poder seducir a demasiadas verdulerías de barrio para que respeten los valores de consenso.
En estas declaraciones, el ministro dejó en claro que el gobierno aspira a los acuerdos sectoriales como fórmula para sofrenar la inflación en la canasta básica de alimentos, que fue más rápido que el resto de los precios de la economía.
En el caso de la carne, el impacto del pacto con frigoríficos exportadores y supermercados será mínimo, pues equivale a unas 6.000 toneladas de cortes subsidiados en unas 1.600 bocas de expendio, básicamente grandes cadenas de todo el país, que además regirá los fines de semanas y días miércoles, tres semanas al mes. Representa, como informó Bichos de Campo, apenas el 3% del consumo interno de carnes.
El funcionario también aspira a repetir la fórmula de los acuerdos en los granos básicos, que han subido mucho de precio en el mercado internacional y generan tensión adicional en el mercado alimenticio local. “Eso se ve en el maíz, principal insumo para los pollos, o el trigo, materia prima de la harina, panificados, pastas, etc. Por eso trabajamos en acuerdos específicos con el armado de un fideicomiso para esos granos, como ya se hizo con el girasol”, sostuvo el ministro.
En realidad, poco y nada se supo sobre el fideicomiso para controlar la suba del aceite de girasol. Nunca hubo detalles de ese pacto.