A pesar de los impedimentos judiciales, el Grupo Vicentin está cerca de vender su negocio lácteo. Se trata más precisamente la firma Alimentos Refrigerados SA (ARSA), que a su vez le había comprado a SanCor en 2016 y que está enfocada en el segmento de postres y yogures.
Luego de meses de negociaciones aparece como posible comprador los dueños de la empresa láctea La Suipachense, que en los últimos años comenzó un proceso de expansión, con mayor presencia en las góndolas locales, lo que le permite actualmente estar procesando alrededor de 6 millones de litros de leche al mes.
A partir de las inhibiciones judiciales que tiene la familia Vicentin, luego del default de la agroexportadora, en la práctica no podría vender ninguno de sus activos. Pero señalan fuente del mercado lácteo que a través del cambio de management en ARSA se concretaría el traspaso de mando. Buena parte del valor de esa empresa son las viejas marcas heredadas de Sancor.
Totalmente descartado parece haber quedado el proyecto que pretendía llevar adelante la cooperativa láctea SanCor para recuperar esta unidad de negocios que vendió por 100 millones de dólares en 2016.
Concretamente, en aqeul momento desde la firma láctea buscaban retomar la explotación de su negocio de postres y yogures, mientras el Gobierno intentaba intervenir la compañía agroexportadora. En ese contexto, aprovecharon para poner en escena al fondo de inversión BAF Capital, que en la práctica fue la palanca financiera para que Vicentin pueda comprar ARSA y en el mercado sonaba como su socio en este negocio en particular.
Lo cierto es que el plan de SanCor finalmente quedó en la nada y tiempo después BAF Capital volvió a aparecer en escena cuando le compró otra unidad de negocios a Vicentin: el frigorífico Friar de la ciudad de Reconquista.
En tanto, el Grupo Vicentin también estaría intentando vender otras de sus firmas, mientras se espera que a fin de mes se conozca el resultado de la auditoría que iniciaron las firmas Viterra (ex Glencore), Molinos Agro y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) para evaluar la posible compra o explotación de las plantas aceiteras de la agroexportadora.
La concreción de esta operación marcaría finalmente la salida de la familia Vicentin de la empresa madre del grupo, tal como vienen solicitando los bancos internacionales que en la práctica son los mayores acreedores de la empresa, con deudas por cobrar por más de 530 millones de dólares.