La ecuación es prácticamente calcada. Las firmas agrícolas LIAG y MSU informaron en sus balances cerrados en junio pasado que durante la campaña 2020/21 obtuvieron menos rindes que lo proyectado, pero de todas formas lograron mejores ganancias y esto fue gracias a la suba internacional de los commodities y un tipo de cambio que resulta favorable para el sector.
En el caso de MSU, la firma comandada por el empresario argentino Manuel Santos Uribelarrea, que también tiene presencia en el negocio de la energía, terminó la campaña con una superficie sembrada de 158.500 hectáreas (incluyendo doble cultivo). Un año antes había sembrado 166.00 hectáreas. En tanto, para la campaña 2021/22 se estima un área de siembra de 167.589 hectáreas, con un aumento de 5,7%.
En este marco, la producción de los cultivos resultó ser 16% inferior a la campaña previa, es decir 734.839 toneladas, versus 874.258. En tanto, la ganancia después de impuestos fue de más de $1.338 millones que se compara con una ganancia de $541 millones del ejercicio anterior. Mostrando de esta manera, un incremento interanual de más del 140%.
Desde la empresa explican además, que respecto de la aplicación variable de insumos, es decir, aplicar más insumos (semillas, fertilizantes) en las partes del lote en donde el rinde puede ser mayor y menores cantidades en las partes donde no puede aprovechar esos recursos, en la campaña 2019/20 se llegaron a realizar 7.288 hectáreas bajo esta práctica, mientras que en la 2020/21 la superficie se elevó a 10.500 hectáreas, la cual se mantendrá en aumento.
Por otra parte, en un camino similar, la firma LIAG sembró en la campaña 2020/2021 un total de 86.900 hectáreas y obtuvo alrededor de 309.200 toneladas, lo que representa un leve retroceso respecto a la campaña previa cuando obtuvo poco más de 316.000 toneladas, con la única diferencia que en ese momento sembró 6% menos, es decir 82.100 hectáreas.
Mientras tanto, el resultado de su ejercicio cerrado en junio pasado trepó hasta los $1.000 millones, cuando un año antes había sido de $424 millones. Nuevamente la suba internacional de los commodities jugó un papel estratégico aunque también pesaron sus otras unidades de negocios ya que también opera en la producción e industrialización del algodón y el engorde de hacienda.
Un dato que remarcan desde la empresa es que a raíz de los altos precios de arrendamientos agrícolas, tanto en la zona central como en zonas marginales, se redujo la superficie explotada en esta unidad de negocio en comparación a la campaña previa, y más aún respecto de los niveles de campañas anteriores, descartándose campos por no cumplir con la tasa de retorno mínima esperada. De esta manera, la superficie explotada bajo esta modalidad se ha ubicado en el orden de las 4.000 hectáreas, en un único establecimiento (-23% respecto de las 5.200 previas, en dos establecimientos).
Finalmente, ambas empresas para la próxima campaña, proyectan posibles inconvenientes climáticos derivados de La Niña pero al mismo tiempo proyectan que esta situación podría generar un sostenimiento de los precios internacionales de los commodities.