Este viernes la compañía energética estadounidense Phillips 66 presentó ante las autoridades de California, EE.UU., una solicitud de aplicación de créditos fiscales para la elaboración de biocombustibles en ese Estado.
El documento, un mero trámite administrativo, resultó por demás llamativo porque entre las fuentes mencionadas de elaboración de biodiésel renovable para vehículos y aviones (SAF) el documento incluye al aceite de soja de origen argentino.
La cuestión es que la exportación de aceite de soja argentino hacia EE.UU. es inviable en la actual coyuntura porque la gestión de Donald Trump impuso un arancel integrado al producto del 29% (10% + 19%).
b0825_summary2Por otra parte, la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA), al establecer el mandato de uso interno de biodiésel, excluyó la posibilidad de brindar incentivos fiscales (RINs por sus siglas en inglés) al biocombustible elaborado con materias primas provenientes del exterior, con excepción de Canadá y México (países que tienen un Tratado de Libre Comercio con EE.UU).
Para la Argentina representa una oportunidad perdida porque el aceite de soja producido en el país cuenta con todas las garantías de sostenibilidad ambiental exigidas por el escrito programa de biocombustibles de California.
En 2024, según datos oficiales, Argentina llegó a exportar a EE.UU. 111.370 toneladas de aceite de soja por un valor de 98,4 millones de dólares. El mercado estadounidense, antes del bloqueo implementado por Trump, contaba con un potencial de crecimiento significativo.
Sin embargo, el hecho de que Phillips 66 haya incluido al aceite de soja argentino en la aplicación implica que la corporación energética no descarta que al finalizar la gestión de Trump pueda haber un cambio normativo que facilite el ingreso de ese producto. El tiempo dirá.