Uno suele escuchar el nombre de Abelardo Cuffia en los avisos de la radio, pues se trata de una marca muy posicionada en la Argentina dentro del rubro de la llamada Agricultura de Precisión. Pero Abelardo es una persona de carne y hueso, que ronda ahora los 70 años de edad, y que alla por 1990 se puso a trabajar en este rubro -hasta ese momento casi desconocido- en la localidad cordobesa de Marcos Juárez. Como otras famosas historias vinculadas al origen de grandes empresas de tecnología, la de Cuffia también comenzó en el garaje de su propia casa.
Nos pudimos enterar de los detalles de esta historia gracias al relato del gerente regional de ventas de la empresa, Sebastián Olivera, quien rememoró que la empresa de Abelardo Cuffia “arrancó haciendo bombas para pulverizadores en un garaje”. Aquellas primeras bombas estaban destinadas a la producción de papa hasta que en los ´90 hubo una transformación total de los sistemas de producción -con la irrupción de la soja- y Cuffia debió evaluar distintas alternativas, de entre las cuales figuraba el rubro de la pulverización que ya manejaba.
En aquel momento empezaron a llegar al país los sistemas de control electrónico que venían desde los Estados Unidos, y en la empresa cordobesa comenzaron también a importar los equipos para luego comercializarlos en Argentina, pero con el correr de los años los empezaron a fabricar con impronta propia y nacional.
Mirá la entrevista completa a Sebastián Olivera:
La compañía se asoció con Raven, una de las principales marcas internacionales de la electrónica aplicada al agro, y en 1994 presentó el primer monitor de siembra. Y casi en paralelo comenzó a desarrollar tecnología argentina bajo la marca Agrotax.
Con los años, Abelardo Cuffia fue ganando trayectoria en el desarrollo de monitores de siembra y equipos para aplicaciones variables. Sus principales productos ahora son Pilotos automáticos, Guiadores satelitales, Monitores de siembra, Dosificadores variables en siembra y fertilización, Controladores de pulverización, Cortes automáticos y Monitores de rendimiento.
“Las estrellitas son los pilotos automáticos porque permiten trabajar 24 horas y no generan cansancio. Por más que el maquinista vaya en el tractor, puede relajar su atención o ponerla en otras tareas mientras va en el tractor. Lo único que hace el que va arriba es controlar que no suele una alarma y ya no tiene necesidad de ir concentrado en tener que hacer la línea derecha”, resaltó Olivera.
Desde el garaje hasta estos días ha pasado mucha agua bajo el puente: “Hoy hacemos la tecnología que va en cualquier máquina agrícola, por ejemplo, el piloto automático que maneja al tractor, el monitor de siembra que controla cada uno de los surcos por los que pasa la sembradora, el corte de sección que es lo que me genera ahorro de semilla y la dosificación variable que mediante un GPS va aplicando fertilizante o semilla de acuerdo a la zona que seleccionemos”, enumeró Olivera.
“Todos nuestros desarrollos los hacemos íntegramente en Argentina. Tenemos 70 empleados y un grupo de 30 ingenieros entre Córdoba y Rosario que trabajan desarrollando de acuerdo a lo que pide el productor y la tecnología de las máquinas”, agregó el gerente regional de ventas.
-¿Y se puede ser competitivo con equipos de fabricación nacional?
-Competimos con muchas marcas líderes en el mundo y logramos poner equipos en España, en Sudáfrica, en Inglaterra. Hoy estamos abriendo un poco más las ventanas comerciales y competimos con productos de primera línea- respondió el joven, que de todos modos resaltó que siempre “se necesita un poco más de estabilidad en el país”.