Las fuertes quejas de los dirigentes rurales por la constante intervención del gobierno en los mercados agropecuarios a veces aturden y hasta nos dejan una sensación equivocada. Porque es evidente que mediante estas distorsiones y “desacoples” los productores agropecuarios resignan gran parte de sus ingresos. ¿Pero significa esto que pierdan dinero?
Un nuevo libro presentado este jueves deja muchos elementos para el debate y para construir a la vez un juicio más equilibrado. Se llama “El campo argentino en pandemia: ganadores, perdedores y cuentas pendientes”, y fue redactado por Diego Fernández, Juan Manuel Villulla y Bruno Capdevielle, tres docentes e investigadores de la Facultad de Ciencias económicas de la UBA.
Como resumen general, los autores dijeron que en estos meses de la historia de la Humanidad que resultaron muy perjudiciales para muchos argentinos, en general a los productores agropecuario no les ha ido tan mal, y eso a pesar de las múltiples políticas del gobierno que recortan su rentabilidad.
“El negocio de los granos resultó una inversión con retornos muy superiores a la media; el sector de la carne vacuna se vio tensionado entre el mercado externo y el interno; y los salarios de los trabajadores se mantuvieron muy abajo, sin recuperar lo perdido antes de la pandemia”, resumieron los autores.
En primer lugar, el documento destaca que el campo no paró durante la pandemia. En efecto, mientras que durante 2020 el PBI nacional cayó prácticamente un 10%, el PBI agropecuario se mantuvo igual.
En segundo lugar, los precios internacionales de los granos llegaron a subir un 53,5% en dólares entre mayo de 2020 y marzo de 2021. En contraste, los precios internacionales de las manufacturas sólo crecieron un 9,2%. Eso quiere decir que, en el núcleo de la pandemia, con una tonelada de granos se podían adquirir más bienes industriales fuera de la Argentina (por esta diferencia) y más bienes y servicios dentro de la Argentina (por la diferencia entre el peso y el dólar). En una palabra: aumentó el “poder de compra” de la misma bolsa de granos.
A causa de eso mejoró la relación insumo/producto, aún con bienes importados a precio dólar. Si bien hubo aumentos de precios en insumos y maquinarias necesarias para la producción, fueron menores a los incrementos de los precios de venta. Por lo tanto, crecieron los márgenes de ganancia. Esto, a juicio de los autores, explica el “boom” de venta de maquinaria agrícola.
Según Diego Fernández, el precio de los granos que recibe el productor le ganó ampliamente a la inflación en 2021. Con una tonelada de soja, se pudo comprar un 30% más de bienes y servicios en la economía nacional que en 2020. “Esto es porque los precios de los granos en pesos (traducidos al tipo de cambio oficial y descontadas las retenciones) que hasta julio de 2020 evolucionaban a la par que la inflación, la superaron por varios cuerpos: en el curso del siguiente año los granos aumentaron un 94% en pesos, mientras que el índice de Precios al Consumidor (el resto de los precios) subió 52%”, se explicó.
Esta situación también abarató un 32% los costos laborales pagados por el sector. Un mes de salario costaba 3,3 toneladas de soja a principios de 2020 y a principios de 2021 bajó a 2,2 toneladas. No obstante, si bien no se repuso de su caída en el período previo, el salario real de los operarios agrícolas registrados subió un 6,1% en 2020.
Villulla remarcó: “Los salarios reales del conjunto de los trabajadores rurales siguieron de todos modos a la baja, a pesar de los esfuerzos de su nueva dirigencia gremial y la mediación del gobierno, acumulando 6 años de caída frente a la inflación (50% acumulado frente a sus valores de 2015), y manteniendo el salario mínimo por debajo de la canasta básica total familiar”.
En este caso, aclara el autor, se trata de un problema del conjunto de la economía y no sólo del sector agropecuario. Sin embargo, aclaran los autores, “no todos los sectores de la economía registran las ganancias extraordinarias que tuvo la producción de granos”.
En efecto, de acuerdo a los cálculos de este grupo de investigadores, la renta de la tierra se duplicó: quienes poseen tierras de uso agrícola en propiedad, duplicaron sus ingresos por ese concepto, sin necesariamente invertir ni trabajar en ellas.
A esto ayudó que las retenciones a las exportaciones, que impactan sobre esa renta, se mantuvieron sin cambios a lo largo de la pandemia, por debajo de los picos que tuvieron hasta 2015.
Los autores, en este punto, analizaron la política de “segmentación de retenciones a la soja” que puso en marcha el gobierno y que todavía tiene un saldo sin pagar. “En los casos en que efectivamente se concretó, -campaña 2019/20- atemperó los problemas de escala entre pequeños y grandes productores, posibilitando mejores condiciones económicas para los primeros. Sin embargo, las dilaciones en los reintegros en pesos diluyeron el efecto de la medida. Estos problemas fueron tapados por los altos márgenes generales del sector de los granos”, explicaron.
Respecto a la carne, el panorama no es tan halagüeño como con los granos. El crecimiento de las exportaciones tropezó con el estancamiento de la oferta y “esto originó la crisis alrededor de los precios internos y las cuotas de exportación”.
“Al comienzo de la pandemia, en 2020, el precio de la hacienda tuvo sus peores precios en tres años. Sin embargo, al comenzar la ‘segunda ola’, los precios llegaron a superar la inflación interna, traccionados por esa demanda exterior. Las medidas oficiales llamadas cepo a la carne redujeron un 50% las exportaciones. Así y todo, las exportaciones acumuladas hasta septiembre de 2021 superaron los realizadas en los primeros 9 meses de 2019 y 2018”, resume el libro.
¿Hubo ganadores claros en el marco de esta crisis? Según el economista Bruno Capdevielle, no es fácil determinarlo. No obstante, destaca que el 0,23% de los productores primarios concentra el 40% de la oferta de animales para faena. Son 464 grandes establecimientos con más de 5.000 cabezas cada uno. “Para buscar a los ganadores del boom ganadero, seguramente haya que empezar a buscar por allí”, sugirió.