La Jefatura de Gabinete que conduce Santiago Cafiero difundió un informe de prensa que muestra la fuerte recuperación de las ventas de maquinaria agrícola en el último trimestre del 2020. Tratando de alentar la idea de una reactivación de la economía, la gacetilla oficial muestra refleja que el último relevamiento del INDEC mostró subas interanuales en las ventas de todo tipo de equipos. Y destaca que la facturación en maquinaria agrícola registró “un aumento de 89,3% en relación con el mismo trimestre de 2019”.
Hasta ahí, los datos son ciertos y verificables. En el último tramo del año hubo una fuerte recuperación en la compras de tractores, cosechadoras y sembradoras, que incluso podría haber sido mayor si los fabricantes contaran con acceso a todos los insumos, algo que no está sucediendo. Por ejemplo, es vox pópuli que faltan neumáticos.
No está nada mal que el gobierno construya un relato público sobre la recuperación en este rubro. Pero en el segundo párrafo de la gacetilla distribuida a todos los medios se asegura que “hablando específicamente de las unidades de origen nacional, en el cuarto trimestre de 2020 los tractores presentan una participación de 94,5%; las cosechadoras de 94,2% y los implementos, de 91,1% en el total de unidades vendidas de sus respectivos segmentos”.
¿Así que solo 5% de los tractores llegan del exterior? ¿Y solo el 6% de las cosechadoras? Cualquiera que trajine un poco el sector de la maquinaria agrícola sabe que esto es absolutamente falso y que en todo caso la industria local talla mejor en los rubros de las sembradoras y algo menos en pulverizadoras . Pero el dato falaz sirve, en este caso, para apuntalar un relato que comienza a mostrar grietas.
Unos días antes, y la gacetilla oficial cita el evento, la fabricante cordobesa Metalfor hizo un acto para presentar un nuevo prototipo de cosechadora nacional. En ese momento, estando presente el ministro de Agricultura, Luis Basterra, se dijo que las ventas de esos equipos fabricados en el país eran de solo el 1% y correspondían a unos 10 o 15 cosechadoras fabricadas por la histórica Vasalli. Metalfor reveló que aspiraba a producir en tres años unos 100 cosechadoras para así capturar el 15% del mercado que está copado por las multinacionales, y donde las ventas oscilan entre 900 y 1200 equipos anuales.
Si casi no quedan cosechadoras argentinas… ¿Entonces de dónde sale el dato de que el 94% de las ventas han sido de “origen nacional”.
Recurrimos al informe original del INDEC y en efecto la confusión del gobierno nace de allí:
Bichos de Campo trasladó la pregunta a Néstor Cestari, dueño de la fábrica de tolvas homónima y además presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma). ¿Es cierto que el 94% de las cosechadoras son de origen nacional?
“Es una falacia total”, respondió el industrial, que explicó el origen de esta confusión incluso para las estadísticas del INDEC. “En una época, antes de este gobierno y también del anterior, se les dio a las multinacionales de cosechadoras y tractores la posibilidad, con la promesa de irían integrando en cinco años cada vez más esos productos en la Argentina, la posibilidad de ser considerados ‘producto nacional’. Pero pasaron los gobiernos y lo único que hacen es ensamblar”.
Según Cestari, desde ese momento quienes dominan el negocio “tiene el tupé de decir que son industria argentina. Si vas a una exposición, en los parabrisas de las maquinas dice ‘industria argentina’. Pero una mínima parte es ensamblada aquí, a lo sumo vienen sin ruedas o sin la cabina y entonces se le ponen acá”. Algo así como lo que sucede con los televisores en Tierra del Fuego.
Cafma, desde hace rato, viene impulsando la sanción de una Ley de la Maquinaria Agrícola, cuyo objetivo primordial sea justamente establecer las diferencias entre los equipos nacionales y los importados, para que así se establezcan políticas diferenciales para unos y otros, según cada origen.
“Lo que queremos es que se llame a las cosas por su nombre. Si integran el 60% en Argentina, entonces son nacionales. Pero si no, son importadas. Es como cuando nosotros vamos a Brasil: si queremos ser nacionales allá y tener acceso a los créditos y ventajas de Brasil, tenemos que integran el 60%, fabricando las partes o comprando a agropartistas brasileños. Eso es algo que aquí no hacen estos señores, pero nadie los controla; no hay un ente que controle”, se quejo Cestari.
El proyecto de ley, que ha recibido apoyo (al menos en los papeles) de los gobernadores de Córdoba, Juan Schiaretti; de Santa Fe, Omar Perotti; y de Buenos Aires, Axel Kicillof, pretende crear un organismo o certificadora que pueda establecer las diferencias que hoy omite tan groseramente el INDEC y la propia Jefatura de Gabinete. Luego de establecer quiénes son fabricantes nacionales y quiénes no, el pedido es que la política crediticia sea diferente, como en Brasil.
“¿Cómo van a decir que se vende mas del 90% de equipos nacionales? Si la única cosechadora nacional es la Vasalli, que está tecleando, y ahora empezó Metalfor. Las maquinas que se vendieron son todas importadas, no cabe dudas, sean New Holland, Case, John Deere o Claas”, se ofuscó Cestari.
Nos quedamos con la sensación de que le habíamos arruinado el feriado del Viernes Santo. Y con la certeza de que a veces los relatos arrancan desde el mismísimo INDEC.